VAMOS A VIAJAR AL BELLO PUEBLO DE CEREZALES DEL CONDADO PARA CONOCER LA INTERESANTE Y ENRIQUECEDORA LABOR QUE REALIZA LA FUNDACIÓN CEREZALES ANTONINO Y CINIA.
La Fundación Cerezales Antonino y Cinia está ubicada en el pueblo de Cerezales del Condado, a 23 kilómetros de la ciudad de León, y es una institución privada que se ha creado como centro de investigación, producción y difusión cuyo principal objetivo es generar un proyecto socio-cultural que sirva como revulsivo en la vida de todos los habitantes de la zona. Surge como motor cultural para el desarrollo del territorio y la transferencia de conocimiento a la sociedad mediante dos vías de acción: la producción cultural y la etnoeducación. Dichas vías se articulan alrededor del arte, en sus registros del presente, la música, el medioambiente, la sociología y la economía, entre otras disciplinas transversales.
Fue creada en 2009 por Antonino Fernández Rodríguez, natural de Cerezales que emigró a Méjico, donde reside actualmente a sus 98 años, haciendo carrera y fortuna en el Grupo Modelo. Su cargo en la Fundación es el de Presidente Honorífico, dejando la dirección y responsabilidad de la Fundación a otras personas y familiares. También ha fundado en León el Centro Ocupacional Cinia (nombre de su esposa), donde creó la empresa SOLTRA que se dedica a dar trabajo a jóvenes discapacitados y que cuenta con su réplica en Méjico. El principal objetivo de Antonino al crear la Fundación fue el de invertir en su localidad natal para hacer algo que reanime la vida de su pueblo y la zona. Un pueblo que en invierno tiene 21 habitantes pero que en verano puede llegar a multiplicar por 15 su población.
Llegamos a la localidad de Cerezales del Condado, en un día soleado, atravesando verdes campos poblados de vacas, caballos y mastines. Entramos en el pueblo y nos dirigimos a la sede actual de la Fundación, un antigua escuela construida en la época republicana y abandonada en la década de los 60, que han reformado y acondicionado para dar servicio y acoger a las diferentes actividades que realizan. Actualmente se encuentran en la construcción de un nuevo edificio ya que éste se les ha quedado pequeño debido a la multitud de tareas y a la variedad de funciones que debe acoger (más adelante nos centraremos en él). Allí nos reciben amablemente Lucía Alaejos (responsable de comunicación) y Alfredo Puente (curador), que nos explican las actividades, los objetivos y la ética de trabajo de esta organización asentada en este pequeño pueblo de la ribera del río Porma. Un pequeño pero encantador pueblo, asentado entre el monte y el río, que destaca por sus tranquilidad y sus verdes pastos.
El espíritu y principal interés que nos han manifestado es el de crear un medio que les permita potenciar el desarrollo de la zona y construir las herramientas necesarias para ello. En un mundo donde todo se mide en números (en tiempo y dinero); ellos quieren huir de estos parámetros con el único objetivo de crear valores y transmitir conocimientos para constituirse como motor de crecimiento en el entorno en el que está localizados, pero sin dejar de ser sostenibles. Todo ello desde el perfecto equilibrio entre la cultura tradicional y los saberes populares por una parte, y la enseñanza de técnicas innovadoras y la aplicación de nuevas tecnologías por otra (sin olvidarse de las aportaciones que la cultura y el arte pueden ofrecerles). Quieren conservar lo positivo del medio rural para añadir las innovaciones del progreso que permitan una adaptación de sus habitantes al mundo actual, un enriquecimiento de sus aptitudes y una mejora de sus condiciones de vida. Su objetivo es romper el aislamiento y frenar la despoblación rural. Hablando en términos estadísticos: lo que pretenden es minimizar el daño y la modificación del entorno, conservando todo lo bueno de la cultura tradicional, a la vez que desean maximizar y potenciar sus posibilidades con las herramientas y los métodos que el arte, la ciencia y la tecnología les ofrecen.