Palpitante soldado de la Tristeza,
perdida ya, en la cuenta de las batallas,
fatiga de los años en blanco.
Frente a trozos de descarnadas paredes,
el tacto tibio de la piel resquebrajándose,
el aire intocado del enemigo
soplando aliento desafinado,
entre las trincheras de un poema de
IDA , Y
VUELTA.
Ejército de imágenes dormidas
abrazadas al tallo de la espada,
Tocan, en son de guerra,
Abrir puertas,
a la sangrante MELANCOLÍA.