PARALELÍSMOS INEVITABLES

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Contemplando a los dos Jordis encaramados en capó ¿o es el techo? del coche patrulla de la Guardia Civil rodeados de fanáticos dispuestos a asaltar la Conselleria d’Economia de Generalitat (20/09/17) y a los dos asaltantes del Capitolio encaramados, eso si, en un coche privado no puedes evitar hacer un paralelismo entre ambas algaradas. Las otras dos fotos, las de las turbas entrando en el Capitolio unas, y otras intentando entrar en el Parlament de Catalunya (1/10/18) repiten la sensación de equivalencia.

Ante los hechos del Capitolio el vicepresidente del Gobierno Español, pone un twit con el siguiente texto: “Lo que estamos viendo en EEUU es el modus operandi de la ultraderecha: la mentira descarada como arma política y el intento de subversión de los mecanismos institucionales cuando no le son favorables. Frente a su violencia y sus mentiras allí y aquí: democracia y antifascismo”. En cambio cuando habla de los políticos secesionistas condenados por sedición los califica de “presos políticos”. Es evidente que con su demagógica verborrea evita entrar en la calificación de los actos de los sediciosos.

La pregunta es ¿no es ultraderecha el secesionismo catalán? ¿No intentó subvertir los mecanismos institucionales españoles por que no les eran favorables? ¿No hubo mentiras y violencia en los hechos de septiembre y octubre de 2017 por parte del nacional-secesionismo?

Para mi es evidente que todas las respuestas son afirmativas y que Pablo Manuel Iglesias debería condenar los actos protofascistas del procés. Pero parece ser que nuestro vicepresidente tiene una doble vara de medir y mientras en EEUU las instituciones son sagradas, en España no. Mientras unos actos organizados desde un poder del Estado Español (ahora sí) como es la Generalitat de Cataluña, que con la aprobación fraudulenta de leyes de desconexión, con la organización y ejecución de un referéndum ilegal, alentando manifestaciones agresivas y violentas, etc., pretende imponer por la fuerza de los hechos una ruptura constitucional le parecen un problema a resolver “políticamente”. La ocupación del Congreso USA por unas hordas igualmente que arengadas por el Jefe del Estado estadounidense, eso sí sin casi organización y sin implicación organizada, aparentemente, de áreas de su propio gobierno, con la intención de anular el resultado electoral que le es adverso, le parecen un ataque a la democracia. No parece Don Pablo utilizar el mismo rasero con unos y otros.

Es evidente que rodear pacíficamente un parlamento no es lo mismo que querer asaltarlo. Pero querer cambiar los resultados de una votación o imponer una secesión son delitos graves contra la constitución de cualquier país. Es evidente que el maniqueísmo lleva a izquierda y derecha a justificar siempre lo que dice el líder calificando de fascista o socialcomunista (como insulto) al contrario según se tercie.

Una izquierda que se precie no puede tener criterios diferenciados para acciones similares. Una izquierda que se precie no puede olvidar a los suyos. Una izquierda que se precie no puede pactar cesiones de soberanía que afectaran principalmente a las clases trabajadoras. Una izquierda que se precie no puede pedir indultos para quienes pretenden volver a delinquir. Una izquierda que se precie no puede hablar de atención a la diversidad en la escuela y defender la inmersión lingüística forzosa en catalán, de niños con el español como legua familiar. Si no se precia de defender a sus gentes es que no es izquierda.

Concluyendo.

Comúns gobierna el Ayuntamiento de Barcelona en coalición con el PSC y se precian de ser de izquierdas, pero parecen haberse olvidado de sus votantes de Nou Barris y Sant Andreu, tras más de un año de colaborar activamente facilitando los cortes de la Meridiana y protegiendo a esa ultraderecha golpista que reclama “llibertat presos polítics”, que pretende, mediante la gymkhana perpetua de quatre arreplegats, mantener el pulso con el Estado de Derecho, como una mala, malísima, parodia de resistencia antifascista.

Para terminar más de ofender a los que luchamos por el final de la dictadura franquista enarbolan alguna bandera comunista y/o republicana… ¡nada más lejos del ideario nacionalista y totalitario que les anima!

¡Y el 15 nos vemos!

Nou Barris, Barcelona. Domingo, 10 de enero de 2021

 

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