Recientemente visité el espacio monográfico en el que está instalada la colección personal de Jorge Oteiza. En este viaje a Alzuza, Navarra, leí un «Guernica» diferente.
La creatividad es uno de los logros más misteriosos e impresionantes de la existencia humana. El logro creativo humano está integrado socialmente, pero depende de las normas que permitimos que gobiernen nuestra cultura y de nuestras expectativas respecto del arte (en el pasado, los seres humanos atribuyeron gran poder y genio incluso a los tótems sin vida).
Leyendo la interpretación vasca del Guernica de Picasso realizada por el artista Jorge Oteiza y que pende en un mural en su museo, he crecido en perspectiva.
La metaficción literaria pasó a ser la ficción sobre la ficción: el texto que reflexiona sobre sí mismo. Se podrían explorar nociones similares en obras pictóricas que desafían la noción de mimesis y participan emocionalmente de los destinatarios, contemplando su propia naturaleza más que cualquier otra cosa. Anteriormente, la atención se centraba en el proceso artístico y la filosofía del arte, más que en el tema. En diversas disciplinas, el arte se convirtió en el único tema del arte. Los movimientos de vanguardia como el dadaísmo y el suprematismo, por ejemplo, iniciaron esta tendencia de prácticas artísticas autorreflexivas. Una vez que los objetos de arte tradicionales fueron descartados, cualquier cosa podría convertirse en arte y todo se convirtió en arte, ya sea un urinario o un lienzo en blanco. El arte se convirtió en una declaración sobre sí mismo y aquí nació el concepto de meta arte. En las artes siempre hay dos mundos: el mundo real, el que nos rodea, y el mundo del artista, el de su obra. Picasso cuenta una historia, puede parecernos la más realista o la más inverosímil, pero si cuando estamos delante del Guernica establecemos un pacto con él, nos creemos todo lo que parece que nos cuenta o muestra. La metaficción es romper esa realidad ficticia. El artista juega y mezcla la realidad en la ficción, o viceversa, hasta desdibujar los límites de su creación. La metaficción nos lleva ante una obra irreal, imaginaria.
El logro creativo opera de manera diferente en diferentes dominios. No puedo ofrecer aquí una taxonomía completa de los diferentes tipos de creatividad, pero mi argumento incluye al Guernica de Picasso: pintura, juego y matemáticas.
Podemos encontrar en Picasso una expresión pictórica con la visión de lo que debería ser el mundo, o de lo que es, implicando al minimalismo sobrio, limpio y eficiente. Jorge Oteiza encuentra en su explicación “vasca” al Guernica una forma de pensar qué es la pintura que permite hablar de lo que pasó en aquel momento desde otra perspectiva.
El Guernica, la obra, me ayudó a cambiar mi comprensión de lo que es la pintura, su sentido místico e inconmensurable y su necesidad social. La capacidad de respuesta del creador a la necesidad social debe ser consciente para que el trabajo cumpla con los estándares del genio. Estoy argumentando que debemos ser capaces de interpretar el trabajo como respuesta.
La creatividad es una de las características definitorias del ser humano. La capacidad para la creatividad genuina actualiza nuestra comprensión de la naturaleza del ser, cambia la forma en que entendemos qué es ser bello, bueno o verdadero; esa capacidad es la base de lo que es ser humano. Pero depende de que la valoremos y la cuidemos como tal. Como ha señalado el escritor Brian Christian, “los seres humanos están empezando a actuar menos como seres que valoran la creatividad como una de nuestras posibilidades más elevadas y más como máquinas”.
JORGE OTEIZA EXPLICA SU OBRA:
MUSEO JORGE OTEIZA:
