Un microbio de proporciones áureas;
el batir de alas de un
colibrí, desencadenante
cíclico de mis tempestades
favoritas.
El encuentro de la búsqueda.
Un mapache intentando comer
gelatina.
Mi adorada
rosa de cuatro
espinas.
Muelle y vela,
ancla y timón,
pistón y escotilla.
Refugio, compañera de baile y puesta de sol.
Prisma de mi mismísima existencia,
agua de mi agua,
grafito y más grafito,
mucho más grafito…