El enorme potencial de Elvis no pasaría desapercibido para el astuto Coronel Tom Parker, quien aspiraba a convertirse en su nuevo mánager. Era un personaje algo sombrío, un ex embaucador de feria ascendido a promotor musical. Se dedicaba al productivo negocio de captar jóvenes talentos. El “coronel” había recibido el título honorario a través del gobernador de Louisiana, al colaborar en la recaudación de fondos políticos. Su verdadero nombre era Andreas Cornelius van Kuijk, inmigrante de los Países Bajos, nacido en 1.909.
Éste hábil oportunista logró convertirse en su nuevo agente durante la gira que gestionaba él mismo, y que estaba organizada por la Jamboree Attractions, propiedad de Hank Snow. A finales del año cerró un contrato con RCA por la astronómica cifra de 40.000$. El Coronel se quedó el 25% de las ganancias. El primer disco lanzado bajo la marca RCA catapultó al cantante a nivel nacional. ‘Heartbreak Hotel’ fue número uno en las listas de éxitos, vendió más de un millón de copias y le valió un disco de oro.
Convertido en una sensación de la noche a la mañana las televisiones rivalizaron disputándose su presencia. El Show de Milton Berle emitió en directo el espectáculo desde la plataforma de un portaviones. Realizó una magistral actuación. El público enloqueció, no así algún sector religioso y la prensa más conservadora que escandalizados por el erótico contoneo de cadera le tildaron de obsceno. Explicó que se movía al ritmo del rock, sin pretender ser grosero. El programa de Ed Sullivan evitó la polémica mostrándole de cintura para arriba, aunque provocó la indignación de sus fans. Recibió 50.000$, el mayor caché pagado a un artista.
Mientras su carrera musical despegaba como una exhalación iniciaba otra en la interpretación. El Coronel firmó un contrato de varios años con Paramount Pictures. Dio comienzo el rodaje de su primera película, Love Me Tender. En su ciudad natal, Tupelo, proclamaron el Día de Elvis Presley. Invitado por la Mississipi-Alabama and Dairy Show, donde con sólo diez años había ganado uno de los premios cantando Old Shep, dio dos conciertos. Cientos de adolescentes acudieron al evento y un centenar de guardias nacionales fueron movilizados para controlar la multitud. Donó sus honorarios a la ciudad. En 1.957 adquirió Graceland, una magnífica granja de la época de secesión de 200 Ha, para él y sus padres. El lejano y entrañable sueño de su infancia de proporcionar un buen hogar a sus progenitores se hizo realidad. Nunca olvidó sus raíces y jamás dejó de ser una persona cercana, cálida y generosa.
La oficina de Reclutamiento le requirió a filas destinándole a Fort Hook, Texas. En aquellos días su madre sufrió un paro cardíaco, los más cercanos lo atribuyeron al enorme sufrimiento provocado por las amenazas de muerte a su hijo. El joven quedó devastado. Poco después le destinaron a la República Federal Alemana. Al aterrizar en suelo alemán otra multitud de fans le recibió, para su sorpresa; allí se reunió con su padre y su abuela con los que vivió en una casa alquilada cerca de la base. Aprendió kárate y ascendió a sargento. En una fiesta conoció a Priscilla Anne Beaulieu, se sintió atraído de inmediato por aquella adolescente de aspecto menudo y delicado, con nariz respingona y preciosos ojos azules.
De regreso en Estados Unidos le esperaba una apretada agenda. El Coronel, en una incomprensible decisión, dilapidó la fantástica creatividad musical del cantante por unos films de éxito e interés bastante dudoso. Hizo un abuso despiadado de su protegido, llegando a quedarse el 50% de sus ganancias.
Priscilla viajó a Estados Unidos dos años después. El capitán Beaulieu acordó con Elvis que su hijastra viviría bajo la tutela de Vernon y Dee en Memphis. El rodaje de la película ‘Viva Las Vegas’ junto a la escultural Ann Margret, con la que vivió un sonado romance, le mantuvo alejado un tiempo. Elvis regresó al lado de Priscilla y le pidió matrimonio, en 1.967 celebraron la boda en la intimidad y al año siguiente nació su hija Lisa Marie.
Decepcionado de Hollywood regresó a su elemento, la música. Se reencontró con el público en un concierto conocido como ‘Especial del Regreso del 68’. Vestido con un traje de cuero negro se sentó entre los espectadores y les cantó directamente, estuvo brillante, más guapo que nunca y su voz sonaba maravillosa. Le siguieron otros conciertos, en el ‘Hotel Internacional de las Vegas’ cantó con un sentimiento tan arrollador que los críticos lo calificaron de ‘pura magia’. ‘El Astródomo de Houston’ rompió su propio récord, actuó de forma espectacular ante 44.540 personas. Sus canciones se mantenían las primeras de las listas de éxito durante semanas y alcanzaban cifras records de ventas como It’s Now or Never. Consiguió un disco doble de platino con Jailhouse Rock y He Touched Me le proporcionó su segundo Grammy. Cantaba rock, country, blues y unas preciosas baladas mezcla góspel que hacían las delicias del público.
En 1.970 se presentó de improviso en la Casa Blanca para ver al Presidente. Solicitó ser nombrado “agente federal plenipotenciario” en la Dirección de Drogas Peligrosas y Narcóticos. Le regaló al Presidente un Colt-45 de la II Guerra Mundial, actualmente se exhibe en la Fundación Richard Nixon.
Elvis llevaba una vida de vértigo, padecía insomnio y consumía pastillas para dormir. Al diagnóstico de glaucoma se añadió una nueva amenaza de muerte en la que tuvo que intervenir el FBI, vivía aterrorizado, acudía a los conciertos rodeado de fuertes medidas de seguridad y enfundado en trajes cada vez más estrambóticos. Las constantes giras y amoríos provocaron la ruptura de su matrimonio, el divorcio fue amistoso y compartieron la custodia de su hija.
“Elvis llevaba una vida de vértigo, padecía insomnio y consumía pastillas para dormir. Al diagnóstico de glaucoma se añadió una nueva amenaza de muerte en la que tuvo que intervenir el FBI, vivía aterrorizado”
El declive del cantante fue progresivo, comenzó a coleccionar armas y a desarrollar un comportamiento extraño, estaba hinchado, abotargado y enfundado en los trajes de lentejuelas parecía una caricatura de sí mismo. Mostraba una imagen lamentable, dolorosa e inmerecida para un artista que acumulaba éxitos, trofeos, galardones, propiedades y cuya estrella brillaba en el paseo de la Fama de Hollywood. Y que, en un claro ejemplo de inagotable generosidad, había derrochado bastante de esas ganancias en regalos y donaciones. Mientras, el Coronel despilfarraba miles y miles de dólares apostando en los casinos.
Corría el mes de agosto de 1.977 en Graceland. La última novia del cantante, Ginger, le encontró desvanecido sobre el suelo del baño, la pequeña Lisa Marie se encontraba en la casa. Al ‘rey del rock’ le dejó de latir el corazón. Más de 75.000 personas conmocionadas desfilaron por Graceland en una impresionante y emotiva despedida, al tiempo que el mundo de la música se vestía de luto llorando su pérdida. Vernon, su padre, quien permaneció siempre a su lado falleció dos años más tarde, dijeron que de la pena también se le rompió el corazón.
Al encontrar en el organismo del cantante un elevado número de fármacos legales se abrió una investigación. En 1.980 se acusó en los tribunales a su médico personal el dr. Nichopoulos de excederse recetando medicación a varios pacientes, entre ellos a Jerry Lee Lewis y al propio Elvis. A éste último, sólo en el año 1.977, le recetó miles de dosis de estimulantes, tranquilizantes, antidepresivos o pastillas para adelgazar. El fiscal preparó la acusación de asesinato pero al no ponerse de acuerdo los médicos sobre la causa de la muerte no se presentaron los cargos. El médico fue inhabilitado y a día de hoy sigue la duda sobre el papel que jugó en el declive y la trágica muerte de Elvis Presley.
En 1.970 la Cámara de Comercio Jùnior de los Estados Unidos le había otorgado un prestigioso premio como a uno de los ‘Diez Jóvenes Más Sobresalientes’ de la nación. En su discurso dijo:
“Cuando era niño, señoras y señores, yo era un soñador. Leía cómics, y yo era el héroe del cómic. Veía películas, y yo era el héroe en la película. Así que todos mis sueños se han hecho realidad un centenar de veces…Aprendí muy pronto que ‘Sin una canción, el día no tendría fin; sin una canción, un hombre no tiene un amigo; sin una canción, el camino nunca se curva; sin una canción.’ Así que sigo cantando una canción. Buenas noches. Gracias”
*El intrépido ídolo irrumpió en el Olimpo de los Dioses para quedarse y convertirse eternamente en un mito, el ‘Rey del Rock’n’roll *