Cuando piso
suelo sin molde
no edifico.
Cuando hablo
las palabras me olvidan
en un fondo
cuya ruta no termina a flor de boca.
Cuando cavo,
mi cincel no encuentra la piedra.
Persevero como un minero
a la escucha del tenue sonido
que despierta la roca.
Sólo quiero que
el ruido del viejo metal
suene encantado,
mientras deshago con diligencia
los mil nudos
que cubren mi cuerpo
para verme.