Las reservas de oro del Banco España, más de cinco mil lingotes y alrededor de dos millones de monedas de oro, se encuentran a ocho pisos bajo tierra en una cámara acorazada con un interesante sistema de seguridad que en sus ochenta y tres años de existencia no ha sufrido ningún intento de robo
Para bajar a esa profundidad, a 48 metros bajo tierra del centro del edificio, concretamente donde se ubica la Sala de Operaciones del banco, hay que superar unas increíbles medidas de seguridad que su arquitecto José Yarnoz Larrosa ideó y que a día de hoy impresiona.
En primer lugar hay que superar una puerta acorazada de 16 toneladas de peso, necesitando dos llaves para abrirlas que se encuentran custodiadas por importantes cargos del banco. Le sigue un túnel vertical de 36 metros, por el que se baja a través de un ascensor y, tras una nueva puerta blindada aparece un foso con una pasarela retráctil, siendo el último obstáculo para llegar a la cámara del oro, detrás de la cual se encuentra el impresionante tesoro.
Pero, si todas estas medidas de seguridad no te han parecido suficiente, el increíble ingenio que hace que nadie pueda acceder al interior de la cámara acorazada, es que, ante cualquier intento de forzar la puerta de acceso saltarían las alarmas y su interior, una sala de 1500 metros cuadrados se inundarían de agua proveniente de la mismísima Diosa Cibeles, mejor dicho de la fuente a ella dedicada, en la intersección de la calle de Alcalá con el paseo de Recoletos y el paseo del Prado.
Así que, la repuesta a la pregunta, quien guardia el oro de los españoles, la respuesta sería: la mismísima diosa Cibeles, madre de Zeus.
A ver quién se atreve con ella…