LA NECESIDAD DE UN NUEVO PARADIGMA

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Durante la década de los años noventa del siglo pasado, Rusia experimentó simultáneamente los efectos brutales del final de la URSS, del comunismo Sovieto totalitario y de una democracia emergente que no terminó de cuajar. Y todo esto en el espacio de unos pocos años.

Un caos que llevó a Putin y a la Rusia actual, aunque es importante recordar que Vladimir Putin ni siquiera quería esa posición de líder que le fue dada por influencia de los oligarcas a los que, años mas tarde el mismo puso en su sitio. En esos turbulentos años noventa nadie sabia realmente que hacer frente a la caida del comunismo y al caos económico y social producido por la perestroika que no parecía funcionar. La ideología fue reemplazada por el capital y el comunismo desapareció por completo de Rusia dejando como único legado un régimen totalitario que terminó por convertirse en una autocracia.

Gran Bretaña está pasando por un período similar a aquel caos de Rusia. Ya no es un imperio y su añoranza por el pasado, un pasado idílico que realmente nunca fue, representada por un nacionalismo de miras mediocres ha terminado por debilitar a Gran Bretaña.

Me duele decir que el laborismo ganará las próximas elecciones por inercia y no porque esté ofreciendo nada nuevo. Por supuesto, espero que gane el Partido Laborista o cualquier otro partido de centro o de izquierda, sean los Liberales Democratas o los Verdes porque la derecha ha dañado a Gran Bretaña de manera casi mortal. Es fácil exigir un nuevo paradigma del partido Laborista que solucione la crisis del modelo democrático occidental. Pero este es un problema universal y va más allá de Gran Bretaña y de occidente: la democracia está en crisis. La base de nuestra economía está en crisis. Se necesita una nueva forma de hacer las cosas y de entender y administrarnos. Pero, ¿dónde encontramos este camino? ¿En qué consiste?

¿Cómo conservamos lo mejor de nuestro pasado reciente (democracia, derechos humanos, una economía que tiene como objetivo servir a muchos y no a unos pocos) mientras realizamos los cambios que el futuro nos exige?. Estas son preguntas retóricas.

La crisis económica del 2008, fruto de las crisis cíclicas que genera de manera automática el capitalismo, produjo en Gran Bretaña la política económica conservadora de la austeridad. Esta austeridad económica afectó a los sectores más vulnerables de la sociedad y el descontento resultante acabó siendo la base del Brexit. Brexit- unido a la pandemia y la crisis energética- ha acabado con Sunak de Primer Ministro. Y con Sunak su política económica de la austeridad que, quién sabe que nuevos horrores generará. Es un ciclo infernal, un eterno retorno en el que cada vez el país se debilita más y se encuentra en una posición más desfavorable. No cabe duda que necesitamos un nuevo paradigma y que éste debe incluir nuevas ideas y maneras de pensar no sólo una devoción absoluta al capital.

La política normalmente nos da un sentido de la realidad desde un punto de vista financiero, social, ideológico e internacional. Es un poco como esos programas de fútbol donde los expertos discuten un partido y ofrecen explicaciones sobre por qué el equipo “X” ganó y el equipo “Y” perdió. O es como un grupo de académicos discutiendo el significado de una obra de teatro, poema o novela. Al menos se logra un sentido de significado y propósito.

Pero la política, ahora mismo, está haciendo exactamente lo contrario y volviendo todo más oscuro, absurdo y confuso.

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