Este cuatro de Julio, el partido Laborista Británico ganó en las elecciones generales con una mayoría aplastante. Sir Keir Starmer, el líder del partido Laborista y quien será el nuevo Primer Ministro de Gran Bretaña nació en el seno de una familia de clase trabajadora en Surrey en 1962. Su nombre de pila, Keir, es seguramente un tributo al fundador del Laborismo Británico, Keir Hardie, ya que el padre de Starmer fue un socialista de la vieja escuela.
Starmer se unió a las juventudes socialistas a los 16 años. Su madre trabajó de enfermera en el NHS ( servicio de salud público Británico) mientras que su padre de construía herramientas en un taller.
El nuevo Primer Ministro estudió Derecho en Oxford y trabajó como abogado de derechos humanos, en muchas ocasiones sin cobrar por sus servicios, y después como Director del Ministerio Público. Fue nombrado Sir en 2014 por su trabajo como jefe de la Fiscalía de la Corona y director del Ministerio Público, en concreto por los servicios para “el derecho y la justicia penal”, determinante para este nombramiento honorífico.
Al contrario que todos los bufones y farsantes del Partido Conservador que decían ser “una persona normal más” es realmente un ciudadano normal y corriente de orígenes humildes que ha trabajado toda su vida y que entiende como funciona el mundo real.
Starmer se enfrenta a muchos problemas: el desastroso legado de 14 años de un gobierno Conservador que aparte de calamidades como Brexit y Boris Johnson que han destruido la economía nacional con su plan de austeridad castigando a los sectores más vulnerables de la sociedad, o el catastrófico presupuesto de Liz Truss que casi destruye la libra esterlina, provocando una caída del mercado en picado. De Sunak no hay nada que decir. Debe haber sido el Primer Ministro más irrelevante de la historia.
Y no hablemos de la imagen de Gran Bretaña, mancillada hasta lo indecible por un gobierno Conservador compuesto de bromistas inimitables como Johnson y de derechistas rancios, extremistas con planes tan absurdos como crueles para acabar con la emigración (el llamado plan de Ruanda).
Un gran reto por delante para el Primer Ministro, una ardua tarea para deshacer todo los errores y mal provocado en el país por los Conservadores, con unos servicios públicos que están por los suelos y con más bancos de comida que sucursales de McDonalds, en la actualidad.
A pesar de haber ganado las elecciones generales con una mayoría aplastante, Starmer tendrá que enfrentarse a los sectores más radicales de la izquierda que lo ven como un centrista. Y quizás no se equivocan, pero Starmer tiene que ir con mucho cuidado en un país donde Reform, la ultraderecha xenofóbica más prehistórica que pueda uno imaginar ha ganado cuatro escaños en estas elecciones.E l líder de Reform, Nigel Farage, fue el causante de Brexit. Un populista que sabe engatusar a los sectores de la población menos ilustrados con la clásica diatriba de culpar de todos los problemas del país a la emigración.
Farage supone un peligro que espero pueda ser resuelto, no ya por Starmer, sino por el por el Partido Conservador que cuando se haya lamido las heridas va a tener que reagruparse y volver a ser el partido moderado de derechas que fue con David Cameron y ofrecer una alternativa a Reform.
Tampoco Starmer lo va a tener nada fácil con la política exterior. Ucrania y Oriente Medio siguen constituyendo dos crisis con graves consecuencias para todo el mundo; siendo por ello que tendrá que seguir apoyando a Ucrania a la vez que evitar el apoyo unilateral a Israel en Gaza, no sólo por motivos políticos sino más bien por motivos morales, habida cuenta que el Partido Laborista ha sido acusado de anti semitismo lo que conduce a la necesidad de ser un asunto que necesita solución. Solución que traerá integridad y dignidad a su cargo, y por ende a la nación.
Hace tiempo que no me siento orgulloso de ser Británico. Pero eso ha cambiado. Me siento orgulloso de haber comprobado que la decencia ha ganado en las urnas y que por fin hemos salido de un periodo muy oscuro de nuestra historia política reciente.
Ya es hora que UK cambie de políticos, no se trata tanto de laboristas y conservadores, sino de personas íntegras y Starmer parece serlo.
Buen artículo Darren