Según un estudio publicado en The Journal of Neruosciencie, de todos los lazos familiares, el de madre hija es el más fuerte. Las madres tienen mayor capacidad de identificar y asimilar las emociones de sus hijas y viceversa, por eso la relaciones entre ellas no siempre son fáciles, porque están demasiado cerca en el plano emocional. Estas relaciones pasan por diferentes etapas a lo largo de la vida y no están exentas de conflictos, que pueden surgir debido a algunas de estas causas: celos, existencia de dependencia emocional, relación simbiótica, la madre puede ser agresiva con su hija criticándola en todo, sobreprotección o rebeldía.
La escritora sevillana Marina Perezagua nos muestra en su último libro titulado La playa la compleja relación entre una mujer, que acaba de tener a su primera hija, y su madre, a la que reclama su atención, cuidado y cariño para ayudarla con su reciente maternidad, tras un parto prematuro que la ha hecho debatirse entre la vida y la muerte. En La playa se muestra el esfuerzo de una hija por comprender el desapego recibido por parte de su progenitora y por recuperar la relación natural que entre ellas debería existir. Quizá el conflicto madre hija que se da aquí no se deba a ninguna de las causas mencionadas anteriormente, aunque descubrirlo es algo que dejo a vuestra elección si decidís leer novela. Lo que sí que se refleja en la historia de Marina Perezagua es ese fuerte vínculo entre madre e hija que hace que, en la mayoría de los casos, una mujer que se convierte en madre necesite y quiera el acompañamiento de su madre para cuidar a su bebe, independientemente del tipo de relación que hayan mantenido.
En audiovisual también se dan varios ejemplos donde se refleja este vínculo. Un ejemplo podría ser la película Cinco lobitos (2022), cuya parte final de su sinopsis reza: “aunque ahora eres madre, pero no dejas de ser hija”. En Cinco lobitos una mujer que acaba de ser madre se da cuenta de que no sabe muy bien cómo serlo. Al ausentarse su pareja por trabajo unas semanas, decide volver a casa de sus padres y así compartir la responsabilidad de cuidar a su hija. Está dirigida por Aladua Ruiz de Azúa y protagonizada por Laia Costa y Susi Sánchez. Al igual que en el libro de Marina, la relación entre madre e hija tiene un peso importante en la historia, pero en la película aparecen las figuras paternas.
La enfermedad del domingo (2018) es otro largometraje en el que se refleja la ausencia por parte de la madre y se da la necesidad en la hija de ser hija. Está dirigida por Ramón Salazar y protagonizada por Barbara Lennie y Susi Sánchez, quien vuelve a interpretar el papel de madre. En La enfermedad del domingo una mujer abandona a su familia cuando su hija tiene tan solo ocho años. Treinta y cinco años después, la hija la encuentra y le pide que pasen diez días juntas.
Existen más ejemplos tanto en literatura como en audiovisual que abordan las relaciones entre madres e hijas, pero para cerrar esta parte del artículo, y continuar luego hablando con Marina Perezagua, voy a mencionar dos películas de la directora Cecilia Rico. Una es Viaje al cuarto de una madre (2018), protagonizada por Lola Dueñas y Anna Castillo, en la que madre e hija tienen que afrontar una nueva etapa de su vida cuando la hija decide marcharse de casa, y la otra Los pequeños amores (2024), con María Vázquez y Adriana Ozores, donde una hija cambia sus planes de vacaciones por ayudar a su madre que ha sufrido un accidente.
Marina Perezagua, ¿has tenido la oportunidad de ver alguna de estas películas y qué te han parecido?
Dos de ellas. Con la que más identifico mi novela es con La enfermedad del domingo. Qué ocurre cuando tienes que convertirte en madre de una madre que nunca se comportó como tal. Qué pasa cuando esa madre te pide que hagas por ella algo tan difícil y complejo que sólo cumpliendo su petición sientes que por una vez, aunque sea por una sola vez en su vida, valorará uno de tus actos. Me gusta esa penumbra, ese no saber para quién es el favor que la madre pide a su hija, si es para ella, o es para la propia hija. Soy críptica porque no quiero arruinar la película a quien no la haya visto.
¿Qué te lleva a escribir La playa?
Escribir en manera de ficción una experiencia traumática sobre la que no podría escribir en forma de no ficción porque el/la protagonista (que coincide con una persona cercana) podría sufrir las consecuencias del relato de su deshumanización y desamor.
Como enamorada del mar, y atendiendo a la escala Douglas, ¿con qué grado de mar te identificarías: mar en calma, mar rizada, marejadilla, marejada, fuerte marejada, mar gruesa, mar muy gruesa, mar arbolada, mar montañosa o mar enorme?
Mar en Calma o Mar Enorme, no tengo punto medio. A veces creo que debería encontrarlo, pero la mayoría del tiempo pienso que en los extremos está la vida, y por tanto la creación. La creación no me importa tanto porque de ella no depende mi felicidad, pero la vida sí me importa. Amo la vida. Hasta cuando la odio. Creo que no encuentro el punto medio porque no quiero encontrarlo, y ahí está mi serenidad.
En mayo viajaste a Ucrania, y entre otras cosas, participaste en una conferencia organizada por PEN Ukraine, UkraineWorld y Editorial Stary Leven titulada Lo que Ukrania puede enseñar al mundo: una conversación entre Henry Marsh y Marina Perezagua, ¿Qué nos puedes contar de tu conversación con Henry Marsh?
Sobre Henry Marsh podría escribir una trilogía. Un libro sobre su trabajo, un libro sobre su persona y un libro sobre su gloriosa y excéntrica manera de mirar el mundo. No recuerdo tanto aquella conversación en particular como conversaciones con él no sólo habladas, sino escritas, o incluso en silencio. Me interesa su compromiso con la ayuda que ofrece como neurocirujano, sin duda, porque particularmente, para mí la vida sin ofrecer ayuda es una vida vacía. Pero también me interesa aprender de él como persona. Ningún hombre, y aún menos de su edad, ha sido capaz de retarme físicamente como lo ha hecho él. Es imparable, y esto no puede deberse sólo a condiciones genéticas o de salud, sino a una pasión profunda por vivir. Me fascina esa consciencia de saber que la vida se acaba y no hay tiempo que perder. Y esto no tiene nada que ver con la edad; por lo que sé, él siempre ha sido así. Siempre ha intentado hacer de un día una puerta que extiende las horas a partir de acciones sin descanso, encadenadas por esas gansa y alegría de vivir.
¿Qué te ha enseñado tu paso por Ucrania?
El amor por la tierra. Ni siquiera hablo de patria, sino el amor por la cuna, por las tradiciones, por la lengua, por los ancestros. Este amor es tan verdadero que hace a sus habitantes extremadamente resistentes. No he conocido un país donde jóvenes civiles sin ninguna preparación militar estén orgullosos de luchar por una causa que, si no se tratara de Ucrania, estaría perdida. No son excepciones. Es algo habitual, esa responsabilidad por defender al pueblo, aunque te expongas a perder la vida porque nunca has disparado un arma y porque hace relativamente poco tal vez pensabas que nunca podrías matar. El trauma perdurará por siempre, por supuesto, pero están dispuestos a pagarlo. No sé si yo podría hacer lo mismo, por eso lo respeto aún más.
Marina Perezagua es licenciada en Historia del Arte e impartió clases de lengua, literatura, historia y cine hispanoamericanos en la Universidad Estatal de Nueva York, donde cursó su doctorado en Filología Hispánica, y clases de escritura creativa en la New York University como Distinguished Writer in Residence. Es autora de las colecciones de las novelas: Yoro (Premio Sor Juana Inés de la Cruz, 2016), Don Quijote de Manhattan y Seis formas de morir en Texas (Anagrama), La playa (Pre-Textos, 2024; III Premio de Novela Ciudad de Estepona) y de un libro de poemas: Nana de la Medusa (Espasa). Sus textos han aparecido en diversas antologías y revistas literarias, como Granta, Jot Down, Carátula, Cuadernos Hispanoamericanos. Es colaboradora habitual del diario El País.
Fuentes:
https://es.aleteia.org/2018/01/08/el-vinculo-madre-hija-es-mas-fuerte-que-los-demas-segun-la-ciencia
https://pre-textos.com/autores/marina-perezagua/
[…] Leer artículo en Plaza Abierta […]