Me han pedido que me identifique ideológicamente, porque parece ser, y lo digo textualmente: “cambia usted de chaqueta, según de donde venga el viento, con una facilidad pasmosa.”, vaya, vaya…. pensé, interesante pregunta a pesar de los abruptos términos en que está planteada.
Evidentemente, son tres las posturas que se pueden adoptar antes este tipo de preguntas, la primera pasar de ella, la segunda, contestar negándome a posicionarme ideológicamente, y la tercera, adoptar el compromiso de ser coherente con lo que digo o manifiesto en este medio, de tal manera, que se pido transparencia en cualquier actuación de la Administración pública y de la gestión política de quienes ejercen el poder, que en relación a las personas privadas, como tú y yo, perdona por tutearte si con ello te he ofendido, se traduce en una confianza mutua y en la honestidad que demandamos a los demás, tenerla con nosotros mismos. Pero, permitidme antes de lanzar a bocajarro mi posicionamiento político, ponga de manifiesto una serie de consideraciones previas.
En primer lugar, aclarar a mi querida “admiradora” que, la persona o personas, se mire como se mire -quiero decir, filosóficamente, sociológicamente, políticamente, y en otros cuantos “entes”-, está por encima de partidos políticos, de cualquier tipo de organización o asociación, incluso me atrevería a afirmar que, también, de instituciones públicas en cuanto que en cualquiera de sus actuaciones el fin que deben satisfacer con sus decisiones es el interés público o general, y no particular, por lo cual nuestra actuación ante estos Entes públicos, donde se encuentra la Administración Pública, en sus diferentes actuaciones, personificaciones y ámbitos territoriales; debe sujetarse a determinadas reglas del juego, lo que nos sitúa en nuestras relaciones con ella en una posición de subordinación, en cuanto que el poder poder y prerrogativas que cualquier ordenamiento jurídico de cualquier país democrático le atribuye. Es de Thomas Hobbes,la siguiente cita: “Los pactos que no descansan en la espada no son más que palabras, sin fuerza para proteger al hombre, en modo alguno”; dicho de manera más concisa la ley sin espada no es más que palabra, de ahí la subordinación señalada, ante el miedo del ejercicio de una fuerza coercitiva.
Pues bien, considerando que la persona está por encima de partidos políticos, mi posicionamiento ideológico, que no mi afiliación política, es hacia la izquierda; lo cual no es óbice para que dicho posicionamiento me restrinja mi libertad de opinión, criticando si me apetece, cualquier actuación política, que de acuerdo con mi conocimiento sobre el tema me aporte datos suficientes para considerarla irregular, venga de donde venga, de la izquierda, de la derecha o del centro, aunque este última no tenga representación política en nuestro país.
“la persona está por encima de partidos políticos, mi posicionamiento ideológico, que no mi afiliación política, es hacia la izquierda; lo cual no es óbice para que dicho posicionamiento me restrinja mi libertad de opinión“
Y, aunque, tampoco tengo que explicar los motivos de mi guiño hacia la izquierda, no obstante, la respuesta es muy clara y concisa: porque no me gusta el neoliberalismo que está imponiendo en nuestra sociedad los partidos de la derecha, PP y su marca blanca C´s. Porque pienso que cualquier tipo de actuación de los poderes públicos tiene que tener un carácter humanista, y no precisamente, como hace la derecha a las órdenes de quien tiene el dinero.
Espero haber satisfecho a la persona que me ha preguntado y a todos aquellos lectores que hayan pensado lo mismo que ella, cuando algún comentario con crítica a la izquierda lo confunden con falta de lealtad al resto de personas que se sienten identificadas ideológicamente en el sector situado a dicho lado. Pero, permitidme que añada que, no me gusta el borreguismo, por lo que no busco la aprobación de nadie para decir o sentir lo que pienso. Mi meta es escribir lo que pienso, por si alguien se puede sentir identificado conmigo o para dar respuestas a los interrogantes que mucha gente se plantea, sin subordinarme a nada que pueda nublar mi razón, que no tiene porque ser la vuestra. En definitiva, huyo de los absolutismos ideológicos, por si no se me ha notado.