El cambio que logra el voluntariado conlleva la influencia que los profesionales tienen al forjar ese cambio

El voluntariado transforma tanto a las comunidades como a los voluntarios.
No se trata tan solo de los proyectos, sino de las personas, los paisajes, la riqueza del intercambio cultural y una pizca de aventura. Unirse a un proyecto de voluntariado es una manera asombrosa de crear impactos sostenibles. Es ir más allá de lo familiar y cómodo, de la superficialidad del turismo.
En su libro «Gap Years: How Delaying College Changes People in Ways the World Needs», Joseph O’Shea explora los beneficios del voluntariado, gracias a entrevistas e investigaciones académicas. Su hallazgo fue claro: el voluntariado cambia para bien a las personas.
Crea ciudadanos globales: tal vez una sola persona no pueda erradicar problemas como la falta de educación o la desnutrición. Sin embargo, crea oportunidades para explorar soluciones. Ayuda a ver el mundo desde una nueva perspectiva: con más empatía, comprensión y curiosidad; a la manera de cada uno, se puede hacer del mundo un lugar mejor.
A veces, el impacto es tangible, por ejemplo, cuando ayudas a aprender cosas nuevas a los niños de una escuela. Otras veces, los esfuerzos solo dan frutos a largo plazo. Por ejemplo, que las niñas de países donde la mujer no tiene voz perciban que existe otro tipo de sociedad interactuando con voluntarias.
Puede parecer un choque cultural, en el caso de la Red de Voluntarios universitarios Españoles, trabajamos en un Ksar (aldea) a unos kilómetros de la ciudad de Errachidia (Marruecos); antes de llegar allí, algunas personas creen que todo el país está “occidentalizado” como las zonas de turismo y no es así. Además, está la barrera del idioma, porque es errónea la idea de que el francés está extendido. Pero allí está Mohamed Mzough, que habla español y árabe, y los niños de la escuela que llevan años intentando aprender castellano gracias a los voluntarios.

El voluntariado no es solo para estudiantes, es para todos. Exponerse a situaciones nuevas y experimentar cosas nuevas ayuda a descubrir lo que realmente somos capaces de hacer.
No todo lo que es voluntario es voluntariado… El voluntariado, contiene el potencial de integrarse con valores, si entendemos, apreciamos y practicamos estos valores. Esto significa que, primero, deberíamos despertar nuestra propia conciencia, iniciar el diálogo y el debate, llegar a alguna decisión sobre cuáles son los valores principales y luego compartirlos, para reforzar nuestra ética y sacarla de lo ornamental, llevándola al mundo del trabajo y a nuestra vida.