Sí, es verdad, hay un dicho que afirma que una vez al año no hace daño, pero también hay otro que dice que del dicho al hecho hay mucho trecho. Así que sentadas las bases incuestionables de esta reflexión vamos a meternos en harina.
Ayer, como todos los años, como cada año, se celebró la final de la Copa del Rey de fútbol y casi como cada año había representación de equipos vascos o catalanes en ella, y como cada año, cuando estos equipos de estas localizaciones geográficas participan en la final, se produjo la ya tradicional pitada al himno español.
A mí, personalmente, me importa un ardite el himno en cuanto símbolo que sirve para marcar separaciones entre los hombres. Es más, me importa básicamente lo mismo que los pitadores y sus pretendidas pretensiones territoriales. Un ardite. Pero hay ciertas consideraciones en el tema que, sin embargo, sí me importan. Es más, para mayor jolgorio de bobos, me indigna. Porque si hay algo que me indigna, que me hace posicionarme, es la falta de respeto. La falta de respeto y de educación, suponiendo que pudieran separarse. Y ya llegados a este punto y puesto a posicionarme yo lo haré a favor del pitado por dos motivos fundamentales, porque los pitadores son menos y buscan ser distintos y porque nunca puedo estar a favor de los que están en contra.
No sé si solo sucede en este país, me temo que sí. No consigo entender que extraño mecanismo, es evidente que en mal funcionamiento, nos hace pensar que el primer paso para reivindicar algo es denigrar lo del contrario. Que el primer argumento para estar a favor de algo es estar contra lo contrario. Que la primera razón para posicionarse es situarse en la sinrazón. Me temo que puede ser un problema de la falta de inteligencia, o de criterio, en la que nos educan.
Claro que también puede que consideren que es una broma, una broma de mal gusto que solo comparten unos pocos. Y que lo hacen solo por molestar, solo porque hacerlo molesta a algunos que ellos consideran los malos. ¿Qué menos pueden hacer los buenos que molestar a los otros?
Sea cual sea finalmente la motivación el único problema, el único resultado, de toda esta historia que se repite año tras año, una vez al año para mayor rechifla de unos y mayor cabreo de otros, sean quienes sean los malos, sean quienes sean los buenos, si es que alguien puede considerarse bueno en estas circunstancias, es que tenemos un país de maleducados, es que tenemos un país en el que las instituciones no se preocupan más que de los suyo. Los ciudadanos, la defensa de los espacios comunes y los símbolos que los identifican, les importan lo que a mí, un ardite. Con una diferencia, yo no me represento ni a mí mismo y ellos han sido elegidos para representar a todos los ciudadanos de este país y defender y preservar lo que los identifica. Aunque posiblemente no tengan tiempo, ni ideas.
“Sea cual sea finalmente la motivación el único problema, el único resultado, de toda esta historia que se repite año tras año, una vez al año para mayor rechifla de unos y mayor cabreo de otros, sean quienes sean los malos, sean quienes sean los buenos,”
Si no recuerdo mal existe una película que se llama “La Mala Educación”, no recuerdo cual es la historia, pero para mí, sin duda, la exhibición anual de mala educación es la que hacen ciertos energúmenos con la excusa de un posicionamiento político y la certeza de una absoluta falta de criterio moral, político e incluso racional.
Espero que si alguno lee esto se ría mucho, se ría con ganas, porque eso es lo que hace un mediocre cuando se le enfrenta a sus carencias, reírse con la suficiencia que la ignorancia provee.
Evidentemente todas las opiniones son respetables. Y dicho esto permítame: mala educación y falta de respeto hacia el pueblo español es tener una hermana y un cuñado que tratan a la hacienda pública como a un ‘slogan’ publicitario y el sistema judicial permitiéndolo … Demasiado comedido, educado y paciente es el ciudadano que se limita a pitar.. Salud!!