Un fenómeno en el que las clases sociales menos favorecidas son obligadas a desplazarse de sus barrios por los vecinos más ricos.
Las ciudades como bien sabemos son entidades en continua transformación, a veces consecuencia de la planificación urbanística y otras como consecuencia de fenómenos sociales como la gentrificación que, si bien ha conseguido revitalizar zonas de la ciudad convirtiéndolas en zona de moda, sin embargo tienen un efecto negativo como el desplazamiento de aquellas personas con bajo nivel económico.
La gentrificación comienza cuando un grupo de personas de un cierto nivel económico descubren un barrio de gente pobre que, a pesar de estar degradado y depreciado comercialmente, ofrece una buena relación entre la calidad y el precio y deciden instalarse en él, aprovechando las oportunidades de compras de los precios.
Estos barrios suelen estar situados cerca del centro de la ciudad o contar con determinadas ventajas, como el estar situados cerca de polos de empleo, etc.
El paradigma de este cambio en la capital en la capital de España es el barrio de Chueca, el cual en los años 80 estuvo marcado por la prostitución, la delincuencia y el tráfico de droga, lo que provocó que sus viviendas apenas tuvieran demanda y que sus precios inmobiliarios quedaran estancados.
Todo cambió cuando el colectivo gay empezó a abrir algunos locales de ocio y tiendas y, poco a poco, se fue creando un ambiente gay friendly que revalorizó inmuebles y animó a muchos miembros de este colectivo a trasladarse a vivir al barrio. De hecho, y pese a la crisis, el precio de la vivienda ha aumentado un 4,23% en los últimos tres años, según nos informan algunas inmobiliarias de la zona.
De forma similar, la que fuera cuna de la Movida madrileña en los años 80, Malasaña ha experimentado un cambio similar, durante años estuvo también marcada por el estigma de la prostitución y la droga, lo que provocó la devaluación de su parque de viviendas.
Atraídos por los precios bajos de la zona fueron llegando nuevos vecinos y, en paralelo, algunas obras (como la rehabilitación del cuartel de Conde Duque) ayudaron a impulsar la renovación urbana.
El último barrio del centro de Madrid al que ha llegado este proceso es Lavapiés: barrio tradicionalmente obrero, humilde y receptor de inmigración, su parque de viviendas se ha revalorizado, pasando de 2.897 euros por metro cuadrado a más de 3.000 en apenas tres años (un incremento del 5,18%).
La palabra que describe este fenómeno proviene del inglés “gentrification” que supone el cambio en las condiciones y equipamiento de un barrio, que atraen inversiones adicionales y mejoran la calidad de vida integral.
El término que más se ajusta al español es «elitización» o, más precisamente, «elitización residencial», hablándose también de «aristocratización» o «aburguesamiento» y de «recualificación social»
El desplazamiento con el que originalmente se asociaba a este proceso de regeneración ha sido cuestionado por algunos estudios, que determinan que la movilidad de los segmentos más pobres de una ciudad no está asociada a los cambios en el tejido urbano.
Las clases populares pueden reducir su número en la zona por el envejecimiento de la población, a partir de desalojos por las condiciones ruinosas de un edificio, o por terminación de un contrato de alquiler y ausencia de una oferta de alquileres en la zona para este grupo social.
Los desplazamientos voluntarios suelen deberse al rechazo por la situación de degradación del caserío, por el pago de incentivos a cambio de su abandono a inquilinos con contratos blindados, o por la compraventa de la propiedad.
“Las clases populares pueden reducir su número en la zona por el envejecimiento de la población, a partir de desalojos por las condiciones ruinosas de un edificio, o por terminación de un contrato de alquiler y ausencia de una oferta de alquileres en la zona para este grupo social”
Una vez realizado este desplazamiento, se revaloriza el preciado suelo, comúnmente residencial, a través de la rehabilitación del edificio (recalificado habitualmente como residencia de alto nivel) o de la construcción de viviendas de nueva planta.
A esta expulsión progresiva de la población se le une la incapacidad de los desalojados o de jóvenes emancipados, originarios del barrio, de pagar una vivienda en él, como consecuencia de la revalorización y el aumento de los precios en relación a la vivienda.
Además del desplazamiento y la revalorización del suelo se perciben otros cambios comunes a este tipo de procesos, como la reducción de las tasas de ocupación de la vivienda (menor número de habitantes por vivienda) y la densidad de población de la zona. Asimismo, en zonas donde el alquiler fuera común, se dará una progresiva transformación hacia la modalidad de ocupación en propiedad.
http://www.vozpopuli.com/actualidad/sociedad/Viviendas-Alquileres-Madrid-Vivienda-precio-alquiler_0_936506404.html
https://es.wikipedia.org/wiki/Gentrificación
http://www.ub.edu/geocrit/b3w-1030.htm