UN MUNDO DE AJEDREZ…

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Cuadros blancos, cuadros negros, dos bandos enfrentados, espejo al medio del tablero que refleja al enemigo, en el color anverso y en el color reverso de la sala de revelado. Sesenta y cuatro casillas en un cuadrado mágico de ocho por ocho donde se posan de frente dos ejércitos; uno esperando el pase avanzado del otro para ejercer su defensa o su ataque; estudian sus estrategias que deben  ser las no supuestas por el estratega contrario.

Se cree que el germen del ajedrez podría perfectamente situarse en la India, tres siglos a.C., pasando después a Persia y posteriormente al mundo árabe a través del comercio. Otros defienden su origen en la antigua China…

Dejando atrás esas cuestiones, de lo que cualquier interesado puede informarse acudiendo a la gran enciclopedia que para nuestra suerte y disfrute se nos regala a través de la red, yo voy a centrarme en su simbolismo y significado ocultos, que desde siempre me llamaron muchísimo la atención; como curiosidad al principio y como enseñanza posteriormente. Esto que a continuación voy a decir es algo de lo que me enteré hace muchos años siendo muy joven. Lo Leí en un libro casi diminuto propiedad de la mejor de mis amigas, la mujer más sabia que he conocido; para mí, como una hermana mayor, ella no era ni es jugadora de ajedrez, pero le encantaban los libros raros y desde que nuestro país comenzó a abrirse al mundo esa dama comenzó también a coleccionarlos y a beber de ellos todo aquel conocimiento que mayéuticamente (a lo socrático) iba a dar a luz desde sus adentros.

El libro se titulaba “lo que el tablero oculta” y en él se describía con total claridad el conocimiento que había estado velado desde antaño y que, a la antigua usanza, era transmitido generación tras generación de boca a oído.

Para no hacer más larga esta introducción paso directamente a sintetizar lo que desde entonces se grabó a fuego en mi mente con respecto al significado de aquel aparente juego:

gif Harry Potter

Un tablero de ajedrez es en esencia el escenario de este mundo que percibimos en tres dimensiones, donde existen dos fuerzas antagónicas: la luz y la oscuridad, el bien y el mal; representados por las piezas blancas y las piezas negras, así como por los cuadros bancos y negros que configuran el suelo donde estos dos ejércitos bicolor se enfrentan; cuestión muy fácil de intuir. Lo que ya no es tan fácil, sin embargo,  de discernir es el significado de cada una de esas piezas o de cada una de sus posiciones y movimientos, que sin más dilación relaciono y describo de  menor a mayor “relevancia” (entendiendo relevancia, según la perspectiva desde la que se observe):

  • – Son como los soldados de infantería de un ejército si los comparamos con su posición de salida a la “batalla”. Su significado oculto, simbólico, metafísico o esotérico es el de representar al CUERPO FÍSICO; algo parecido al carro alado de Platón. Nuestro cuerpo físico es el vehículo que nos permite experimentar esta aparente realidad, que nos muestra el conjunto de nuestros cinco sentidos. Se nos ha dado un medio de percepción material o física, para que, confundidos por la inconsciencia que olvida, lleguemos a recordar la verdad atómica que yace impertérrita, incorrupta e integra dentro de nuestro espíritu compartido y de nuestra alma receptora. Los peones sólo pueden avanzar un paso y de frente, salvo en posición inicial, siendo su movimiento diagonal, asimismo, de un paso si derrotan a otra pieza. Un peón, si llega a la octava línea o posición de las figuras de la corte contraria, será coronado reina (ahora denigrada a Dama, dicen que por aquello de la nomenclatura…); esta coronación simboliza el fruto que se recoge de la valentía y de la audacia en el camino de la vida cuando llegamos al destino.

  • – Estas piezas representan al CONOCIMIENTO INTUITIVO, aquello que sabemos sin saber por qué. En un ejército serían algo así como los tenientes de infantería o de artillería, según a la pieza que se enfrenten. Su movimiento es siempre en diagonal y en los dos sentidos, con una extensión máxima de extremo a extremo del tablero, si ninguna pieza les impide el paso. La diagonalidad de vectores con coincidente salida simboliza la forma de recibir la información de manera circular, consiguiendo multitud de perspectivas simultáneas que sintetizan en una visión homogénea. En el carro alado platónico serían los ojos del auriga.
  • CABALLOS .- Se les da el mismo valor que a los alfiles; pero ellos dentro de un ejército convencional serían los capitanes, tanto de infantería como de artillería, dependiendo de la pieza a la que se enfrenten. En el carro Alado platónico está claro quiénes son (pero aunque en Platón la tradición los traduce como instinto, en realidad son mensajeros de otras dimensiones). En cuanto a su simbología oculta, ellos representan el cuerpo astral que puede saltar desde y sobre la “materia” trasladándose bidireccionalmente, hacía la luz o hacía la oscuridad, utilizando cada uno de sus vectores de movimiento (se suele decir que saltan en “ele” a su alrededor). Un caballo es el mensajero-avanzadilla de la experiencia adquirida en otra dimensión para trasladarla a ésta.
Ajedrez viviente en Salamanca. Año 1974
  • – Tienen más valor que las dos figuras anteriores. Si las situamos dentro de un ejército, ellas serían el artillero y su cañón. Su movimiento es siempre de izquierda a derecha y viceversa, así como hacía delante o hacía atrás. Simbolizan la RACIONALIDAD Y VOLUNTAD humanas, la fortaleza para resistir un ataque y la capacidad de emprenderlo. En el carro platónico serían el auriga.
  • – Después del rey es la figura que más valor posee. Si la comparamos con miembros de un ejército ella sería “capitana General del ejército de tierra”. Puede moverse en todas las direcciones que la rodean y abarca todos los extremos del tablero si ninguna pieza se lo impide. En el carro alado platónico ella es todos y cada uno de los elementos del carro, incluido éste. Simboliza el ALMA humana que inspirada por el Espíritu y regida por la razón da a luz a todas las ideas.
  • – Es la máxima figura, la de más valor; tanto es así que muerto el rey, se acaba el juego de la vida. En el ejército sería Capitán General de todos los ejércitos (tierra, mar y aire). Simboliza el ESPÍRITU; es decir, la procedencia sagrada, así como el destino sagrado de todas las almas humanas. Su movimiento es en todas las direcciones, pero  dando un solo paso; lo que significa que el espíritu no necesita recorrer grandes distancias, dado que todo lo posee en sí y para sí. En el mito del Carro Alado el Rey representa, como la Reina, a todos los elementos que lo componen; pero además el Rey es, asimismo el espacio por donde este carro viaja.

Un estimado amigo y Maestro, me pidió consejo (que le recomendase un buen libro de ajedrez) quería adentrarse con más conocimiento en este “juego”. Desde aquí le alabo el gusto y la iniciativa, porque estoy segura de que a poco que profundice en sí mismo encontrará todo lo que necesite saber sobre este suelo en damero de cuadros blancos y cuadros negros, donde somos, sobre todo, las manos que mueven las piezas de nuestro destino.

Es el juego de la vida. Para saber jugarlo se necesitan valor, coraje y libertad que dan el conocimiento nacido de la razón. Recordando siempre que el ataque en este “juego” no es la mejor defensa; pero cuando lo ejecutas con decisión e inteligencia acabas jugando la mejor de las partidas posibles.

 

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