Cuando en septiembre de 2017, vulnerando el reglamento del Parlament, ERC y la antigua Convergència derogaron la Constitución y el Estatut, para implantar unas leyes de Transitoriedad oligárquicas, ‘todo’ se vio en peligro de desastre: el derrumbe del Estado de Derecho por un golpe a la democracia. Para llegar a aquella situación, los gobernantes separatistas no escatimaron recursos económicos a costa de los servicios sociales de educación y sanidad. De modo burdo y eficaz la creciente brecha de desigualdades entre los ciudadanos se atribuyó al Estado español, que expoliaba a los catalanes.
Rajoy hizo dejación de sus funciones de presidente de Gobierno (¿cómo vamos a defendernos si tenemos razón?), las mentiras no se desmintieron con datos elocuentes y convicciones sólidas. El periodista barcelonés Juan Pablo Cardenal ha escrito un libro concienzudo y valioso, que detalla la trama exterior del procés ‘La telaraña’ (Ariel), una realidad que es suicida ignorar y no combatir de modo certero. Cardenal especifica nombres y da cuenta de mil detalles de la tupida red de instituciones políticas, entidades sociales y empresas privadas conectadas para impulsar la secesión. Una red de influencias políticas que estuvo durmiente hasta que la Generalitat tocó a rebato en 2012.
Según el Informe 1.319 del Tribunal de Cuentas, la Generalitat gastó en ‘acción exterior’ (propaganda separatista y antiespañola) al menos 417 millones de euros entre 2011 y 2017. Centenares de miles de euros en la delegación catalana en EE UU. Donaciones interesadas y elevadas del Govern de Puigdemont a la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos. Un despilfarro intolerable y rumboso, acompañado también del extravío (por supuesto, sin sanción) de justificantes de recibos y pagos. Viajes incontables, cientos de debates y conferencias en instituciones académicas de medio mundo, artículos de opinión en potentes medios internacionales. Para colmo, la desidia suicida del Estado nombrando cargos académicos que actuaban (lo siguen haciendo) en un ‘lobby’ dirigido a su calumnia y descrédito.
¿Tiene porvenir la Cataluña no nacionalista: despreciada y silenciada por la oficial, postergada por los gobiernos de España? Sí, siempre que se aúnen recursos humanos, y tome la voz cantante una mentalidad intensa, inteligente, no ideologizada y… con humor.
Estoy de acuerdo