Escapar del ombligo de un piano,
Roer el tiempo, lo mismo que un ratón
De campos magnéticos,
Abrasar las columnas vertebrales
Con el agua bendita que escupen los santos;
Todo cambiaría; un universo con los sofismas
Jugando a unas tabas sin verdugo.
Me gustaría ser de Poliespán;
Así las ideas sórdidas rebotarían contra
Los millones de gránulos de mi cuerpo
Y se irían al lugar en el que siempre debieron
De estar:
En el interior de un tubo fluorescente fundido o,
En su defecto,
En el cerebro hueco con el que nacen aquellos
Que se aman a dos manos.
En esta tarde de junio y hielos,
El grito ha tirado veinte decibelios al suelo
Y yo, he aprovechado
Para hacer un círculo en la arena.