La famosa frase de Il Gattopardo: “Todo debe cambiar para que todo siga igual” parece transformarse en: “si no cambias tú, el tiempo te cambiará”.
Existen personas con actitud, también reaccionarios pero, sobre todo, muchas personas se han hecho adictas al limbo existente entre el cambio y la permanencia.
El cambio es actitud, es también decisión, pero necesita de un ingrediente básico que es la acción. La acción es el interruptor que solo si lo pulsas te lleva a otro sitio. Si nos ponemos en movimiento, el impulso lleva al cambio: así se inicia la verdadera transformación.
Hay una pregunta urgente que la comunidad internacional debe hacerle a Rusia: ahora, ¿qué sigue?
Hay una pregunta urgente que los ciudadanos debemos hacerles a nuestros políticos: ahora, ¿qué sigue?
Hay una pregunta que debemos hacernos a nosotros mismos: ahora, ¿por qué seguimos callados y parados?
Aunque nada cambie, si nosotros cambiamos, todo cambia.