SER

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…En las heladas llanuras de Mongolia un hombre, un buen mongol, ha de tener tres cosas para que la vida, para que el resto de las vidas que aún le quedan, sean tan plenas como el helado amanecer de los inviernos planos y blancos que se pintan .

 

Ya las dijo el gran Kublai Khan hace muchas estaciones, delante del enorme ejército triunfante  a las puertas de la vencida ciudad de Xi-Xiao.

 

 Miles de hombres esperaban sus palabras con anhelo. Y él ofreció a los suyos el deseo de seguir viviendo como siempre lo habían hecho….

 

Respiró tranquilo y aún con la impenetrable armadura de escamas del pez Koriao, llenas de sangre enemiga, desenvainó su espada y hablo, poco, como costumbre es entre los mongoles, almas habituadas a la soledad:

 

-Hermanos, hay tres cosas que un mongol ha de tener para ser persona, para distinguirse de la lechuza o del zorro, para que el gran oso le respete y  el lobo le llame amigo: Una familia tan grande como pueda, un caballo con el que cabalgar más allá de lo que se vé … y un águila con la que elevar al cielo los ojos…son estas tres cosas las que nos distinguen del resto del mundo…..

 

…Está nevando afuera, mucho….hace dos días que mi familia y yo,  Khindal-San, el pequeño “ojos de grillo”, como me llama mi abuela, montamos la tienda que nos cobija. Es primavera pero al mundo se le ha olvidado que hay flores que esperan bajo la tierra. El frío no recuerda que debe regresar a su casa del Norte, siguiendo el vuelo del búho blanco…

 

Todos estamos dentro, mirando al fuego… soñando, cada uno con sus cosas, padre, con grandes manadas de caballos, fuertes y sanos; madre, la mujer que nunca dejó de ser niña, con las muñecas que nunca tuvo y con un mundo algo más cálido, Thilsur, mi hermano mayor, con la hermosa, Khone, su prometida desde hace ya más de cinco años…aquí uno se casa cuando  se vuelve a encontrar, si es que eso sucede alguna vez…Aquí todo es tan grande….

 

…Mi abuela, ella, yo creo que no piensa en nada, tan solo siente… A su edad, que ya pasa las noventa estaciones, el mundo se metido en su carne y su carne es tierra y su mirada es igual que el brillo del hielo….

 

…Y yo, yo sueño cada día, cada instante con un águila de alas fuertes y poderosas que haga que mi vista se eleve más allá del suelo y poder sentir su fuerza y montado en mi caballo ir a cazar con ella al zorro plateado y llenar mi montura con sus colas de fuego….y ser por fin el hombre que esta tierra escondida pide….

 

Olvidé decir que el nombre de mi abuela es Aughan-shan y que tengo el inmenso honor de cuidarla, desde aquel día en que siendo niño recogí porque así lo creía, una de sus piedras de adivinar del suelo….

 

-Tu serás mi apoyo –dijo ella, la que nunca habla-

 

Tras eso, el silencio se hizo de nuevo y su boca se cerró como las enormes puertas del antiguo Caravanserai de Uteilam…

 

Desde entonces, yo soy el que la viste, el que la da calor en las noches largas abrazado a ella, el que mastica su comida, supliendo sus dientes con los míos….

 

Me he quedado dormido abrazado a ella, como casi todas las noches…sus ojos nunca se cierran, pero en el fondo sé que nunca ha despertado…que aún duerme….

 

No sé cuanto tiempo ha pasado. La luz del día atraviesa la gruesa piel de la tienda, llenando su interior de un sinfín de mundos….Ahora es mi abuela la que me abraza…estoy en su regazo mientras ella, hace tirabuzones con mi pelo. Me habla por segunda vez en toda su vida…

 

-Yo veo en tu mirada el águila que deseas, observo como vuela y como con alas majestuosas, sobrevuela por encima de esta tienda, de las lejanas montañas del Ur-Jun, en sus ojos negros veo ciudades nunca vistas, hombres de color negro, selvas impenetrables, un mundo de agua lleno de criaturas que ansían conocerte….

 

-Qué dices abuela? –yo no daba crédito a lo que escuchaba-

 

-… Khindal-San, yo soy tu águila y velaré por ti siempre como tú lo has hecho conmigo….

 

-Abuela…

 

….Afuera se escucha el viento del lobo mezclado con las voces de mi padre y mi hermano que intentar reagrupar a los caballos…madre mientras, prepara unas tortas de harina, imaginando en su mente de niña, canciones que dibuja con su canto sordo….

 

He vuelto a mirar a mi abuela….Ya no está aquí. Su cuerpo se ha tornado frío y de sus manos de raíz una nueva vida ha comenzado…Mis lágrimas llenan de cristales el suelo de la tienda…

 

En silencio, la hemos enterrado…nadie ha dicho nada…pero el cielo se ha llenado de nubes y un zorro de plata se hace con su cola, pintor de la escena…En el opaco fulgor de su de su mirada descubro el recuerdo de mi abuelo Ghinbé que me llama….

 

Aquella misma tarde, el águila más hermosa se posó en mi brazo sin yo pedírselo y con ella y ella con mi abrazo, recorrimos todos lugares en los que el sol ha posado sus rayos alguna vez….

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