¡Cuántas veces hemos oído decir: ¡Soy una persona sencilla con una mente complicada! ¿Es posible?
Algunas personas sabias dicen que lo primero es comenzar a utilizar los verbos en presente simple -de indicativo- como modo gramatical preferente, (el modo describe el grado de realidad o la fuerza ilocutiva de la predicación verbal), por tanto, deberíamos cambiar nuestra forma de hablar, de decir, de situarnos en el “relato”, en el hoy.
El indicativo se emplea en oraciones de hechos reales que han sucedido, están sucediendo o suceden con cierta frecuencia. Por tanto, expresa oraciones con el rasgo “realis”.
Pero, ¿cómo dejar de ser una víctima del tiempo y vivir verdaderamente el momento presente?
¿Qué significa no estar presente?
Cuando no estás presente, te conviertes en víctima del tiempo. Tu mente es atraída hacia el pasado o el futuro, o ambos. Tus pensamientos abarcan lo que ha sido, lo que podría haber sido, lo que pensaste que sucedió vs. lo que realmente sucedió. O, tus pensamientos son del futuro: lo que será, lo que podría ser, lo que podría ser, si…
Por supuesto, es natural pasar momentos de reflexión en el pasado o imaginando el futuro. Identificar riesgos vinculando hechos pasados es importante para la autoconservación.
Pero si la vida se convierte solo en el dictado de pensamientos y emociones apegados a sucesos pasados o posibles resultados futuros, arraigarse en el presente es complicado. Esta rutina o hábito de estar fuera de nuestra cabeza en algún lugar, reflexionando sobre la negatividad y las luchas del pasado, o en la ansiedad o temor por el futuro, rara vez nos permite estar completamente “aquí”, centrados para ver desde la conciencia desnuda, estado que nos ayuda a encontrar satisfacción y comprensión en nosotros mismos.
Una posible manera de dejar de ser víctima del tiempo es identificar el tiempo. El tiempo es un concepto humano. Es una métrica que usamos como punto de referencia para organizar nuestras vidas y documentar la historia. En realidad …, no existe.
El reloj no significa nada para ciclo perpetuo de impermanencia interdependiente. El único punto de referencia verdadero que tenemos para este momento en el tiempo, y para esto que etiquetamos como “existencia”, es un sentimiento de presencia, de estar aquí en este cuerpo, de ver el mundo a través de nuestros ojos.
Todos somos inevitablemente víctimas del tiempo hasta cierto punto, porque se ha convertido en el estado de nuestra sociedad acelerada y nerviosa no estar presente, permanecer divididos entre dos mundos.