ROSA BALDEÓN, UNA MUJER VALIENTE Y HONESTA

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No es mejor persona el que no comete errores, sino aquel que, cometiéndolos, sabe pedir perdón por ellos y asumen la responsabilidad de sus consecuencia.

Tal es el caso de Rosa Valdeón, quien hace unos días dimitió como vicepresidenta de la Junta de Castilla y León, gobernada por el Partido Popular, por haber dado positivo en la tasa de alcohol tras un incidente con un camión.

Aún, teniendo en cuenta mi cojera hacia la izquierda, y digo cojera porque ninguna ideología me convence al 100%, es de resalta la honestidad con la que ha actuado esta política con una trayectoria sobresaliente en todos los cargos que ha ocupado, máxime en este momento actual en el que casi ningún político dimite como purga de sus errores, aún teniendo en cuenta el carácter delictual de sus actuaciones, como así se ha demostrado en muchos casos tras el correspondiente proceso penal.

Sí, Rosa Valdeón cometió un error, pero ni siquiera puede atribuírsele el animus deliquendi, es decir, la intención de delinquir o la voluntad consciente y libre de realizar un acto penado o sancionado por las leyes, puesto que el índice positivo de alcohol que se le detectó fue incentivado por unos ansiolíticos que estaba tomando. Nadie puede justificar esta conducta, en eso estamos todos de acuerdo, pero, desde la equidad o mejor dicho la justicia, debe tenerse en cuenta tal circunstancia, si cabe, como un atenuante; ahora bien, todos sabemos que el juicio social en muchos casos suele ser menos magnánimo que el que imparte los tribunales de justicia, si tenemos en cuenta que en todo proceso judicial esta presente la presunción de inocencia, dando la oportunidad al presunto responsable de demostrar aquella.

Contra todo pronóstico, a Rosa Valdeón le han salido unos inesperados defensores, no sólo dentro del amplio espectro político, como puede ser Pablo Fernández, portavoz de Podemos en la Cortes de Castilla y León, quien dijo acto y seguido de la dimisión de aquella destacó que era «lo mejor que tenía el PP»,  «Una mujer valiente, honesta», añadiendo que, desde la diferencia política, tal dimisión supone una gran pérdida, una pena.

De la misma manera, tanto el propietario como el conductor del camión con el que tuvo el incidente han salido a exculpar a la dirigente popular, señalando el propietario, Valentín Cueto, que no cree que la ya exvicepresidenta de Castilla y León tuviera que dimitir, resaltando desde su posición apolítica que tal dimisión le parece excesiva, máxime cuando hay otros que han robado y ahí siguen en política, concluyendo que no debía haber dimitido.

“Contra todo pronóstico, a Rosa Valdeón le han salido unos inesperados defensores, no sólo dentro del amplio espectro político, como puede ser Pablo Fernández, portavoz de Podemos en la Cortes de Castilla y León,”

Cualquiera que no practique esa política rancia de destruir al contrincante político por el mero hecho de serlo, como ha sucedido en los días siguientes a su dimisión, no sólo en las redes sociales en las que muchos se esconden tras un pseudónimo para no dar la cara, sino también en algún medio; no podemos por menos que resaltar la honestidad y generosidad con la que esta mujer siempre ha actuado y, como consecuencia de la misma, la valentía de asumir sus errores, de lo cual deberían tomar nota muchos de los políticos actuales, hienas políticas, capaces de vender a sus mejores amigos con tal de sacar tajada de su posición de poder.

En definitiva y, tomando las palabras del líder de PODEMOS en Castilla y León, se ha perdido una gran política, pero sobre todo una gran persona… Gracias Rosa por ser como eres.

Redacción Castilla y León

 
 
 
 

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