Los ríos jóvenes siempre cantan
Las corrientes se acarician con prisa y fuerza
con una necesidad imperiosa de abrazar.
Su surco de agua suena descarado
como risa de adolescentes.
Meto mi mano en la corriente
y la veo con ojos de rio
rayos angulosos se refractan juguetones
hacen que se trasformen mis dedos
en dedos de agua.
Los ríos altos con sus manos acariciadoras
van rozando las orillas
meto mis pies
y se hacen agua
se limpian del polvo
descansan del camino
el agua no pide nada a cambio.
Desnudo de ropa y de piel
me sumerjo en el rio,
la corriente me lava hasta los sueños
que marchan buceadores
para nunca más volver.
El rio y yo bailamos al lado de los abismos
danzamos para ahuyentar la muerte
saltamos para celebrar la vida.
Bebemos agua de lluvia
agua bendecida por las nubes y el cielo.
Los niños chapotean en los charcos
como ritual de existencia y alegría
pequeños espacios de felicidad
con agua de tormenta de verano
con olor a hojas contentas,
con la cara recién lavadita.
En los espacios de infiernos
que hicieron hombres
vi lobos que aullaban a la luna.
¡Llore de alegría!
Salud, Antolin, poeta. Me ha gustado leer tu poema. Gracias por compartir. Sigue bien.