Nubes del cielo caen sobre la niebla.
Todos los relojes confabulan
minutos y tiempos contra la vida del que los mira.
Pequeños actos
Pequeñas campañas
Pequeñas luchas
Pequeñas revoluciones
Pequeñas rebeliones
No llego a más
La nieve se junta con el hielo
Y mis dedos se hacen piedra
que crujen y sueñan con bailes sombras
me repongo a cada momento
las pequeñas muertes
propias y ajenas
dolorosas y paralizantes
paseo por la niebla “ennubada”
todo es tan previsible
como las manillas de los relojes
un pie, luego el otro
y crujiendo van haciendo un paseo
la noche quiso llegar
pero las farolas como peones de ajedrez
no la dejan posarse cómoda
La noche llega y las farolas le dan puñetazos de luz
Me esfuerzo por escribir besos y caricias
Pero mis farolas internas están supurando todavía
Dolor y sangre
Sueños de dolencia y sufrimiento
Un pie y después el otro
Y voy haciendo camino
Las agujas de los relojes
Insolentes y cínicas
Dicen que marcan las horas
Dicen que te clavan con un hierro al rojo
la marca del tiempo a pura quemadura en el corazón
voy a la habitación donde escondo
mis minutos, revueltos con ratos y momentos
y vuelvo a no tener ganas de colocarlo
cierro la puerta de nuevo
y bajo mis pies hay un mundo con más relojes
con agujas que te clavaban.
Te atraviesan el alma
Para recordar tu caducidad.
Ahora no tiene lanzas que marquen minutos
Ahora ya no tienen ni números
Ahora el tiempo, es para trabajar para los dioses
con corbata o con traje chaqueta.
El sol marca el movimiento
Marca los instantes siempre monótonos
Siempre con aburrimiento previsible
¡Joder! Que previsible es todo
Pongo sombrillas al sol
Para tapar la tierra que con su piel reseca y baldía
Espera una lluvia lenta,
que la empape hasta sus pies hundidos
en el fondo del fondo
donde solo llegan los gritos de los muertos
en fosas ocultas
mis muertos
mis nombres
mis pasados
que sumadito todo me hace presente
en lucha, en camino, en tortazo al sordo previsible
el segurata, ladra, yo le calmo
hago lo que debo, como el colibrí
la lluvia para un rato
y la tierra tapada de asfalto
escucha por los desagües del cementerio
di mis golpecitos al suelo
soñé con justicias
soñé sin relojes sin tiempos llorosos
soñé, sentado en la guagua de regreso
y me di cuenta que hay relojes que van hacia atrás.
TEXTO DE AHORITA MISMO
con melancolía