Unos prisioneros evadidos narraron unos hechos horripilantes, contaron cómo separaban a las familias al llegar a los campos.
Las mujeres, niños, ancianos, discapacitados o enfermos eran conducidos a unas naves a las que llamaban “duchas”, con la excusa de despiojarlos, y allí les aniquilaban abriendo las espitas del gas. Ya en meses anteriores los rumores llegados de Chelmno hablaban de judíos gaseados en furgonetas. La Resistencia polaca recibió una carta en clave advirtiendo y desvelando que los campos de trabajo no eran otra cosa que campos de exterminio.
Una de las Invitadas de honor en el zoo fue Irena Sendler. Antes de la invasión de 1939 trabajaba de enfermera en el Departamento Social de Varsovia. Era hija de un médico y familia católica. En 1942 horrorizada por la degradación de vida impuesta a los judíos se unió al Consejo para la Ayuda de Judíos, más conocida como Zegota, (célula fundada por Zofia Kossak y Wanda Krahelska-Filipowicz, con la misión de ayudar a los que se ocultaban en hogares polacos. Su único propósito era el rescate. Salvaron entre 30.000 y 50.000 judíos en Varsovia), y consiguió que se unieran a la causa varios colaboradores más. Crearon identificaciones falsas para tratar enfermedades infecciosas y los nazis, temerosos de contagiarse, permitieron a los polacos controlar las epidemias que surgían en el gueto, dándoles un pase especial. El grupo introducía en secreto alimentos, ropa, medicamentos y dinero.
“Pronto comenzaron la labor de rescate de los niños. Algunas familias reticentes a separarse de sus hijos, algo comprensible pero nefasto, fueron deportados y gaseados en los campos de exterminio.”
Creó un archivo donde registró sus nombres y datos así como sus nuevas identidades, a fin de devolvérselos a sus familias una vez hubiera acabado la guerra. Elzbieta Ficowska era un bebé de cinco meses cuando fue transportada entre un cargamento de ladrillos en un carro tirado por un caballo. Le administraron un sedante para mayor seguridad y la introdujeron en una caja de madera llena de agujeros para que entrase el aire. Sus padres murieron en el gueto y a ella se la conoció con un apodo, “la niña de la cuchara de plata”, su madre había escondido entre sus ropas una cuchara de plata con su verdadero nombre y la fecha de nacimiento grabados: 5 de enero de 1942.
En una de sus frases dijo lo siguiente: ‘Fui educada en la creencia de que una persona necesitada debe ser ayudada con el corazón, sin importar su religión, raza ni nacionalidad’.
Otro miembro importante del gueto, Janusz Korczak, pediatra, pedagogo, escritor y miembro de la Logia Masónica de la Federación internacional Le Droit Humain, (tenía como objetivo: “conseguir la conciliación de toda la humanidad por encima de las barreras religiosas y buscar la verdad manteniendo siempre el respeto entre los hombres”), había fundado ‘El Hogar de los Huérfanos’ (Dom Sierot) en colaboración con Stefania Wilczynska el 7 de octubre de 1.912, un hogar que dirigió durante los siguientes 30 años hasta la invasión. Fue arrestado por los nazis, recluido en la prisión de Pawiak y puesto en libertad gracias a una fianza. Una vez en el gueto los miembros de la Resistencia le propusieron la fuga en varias ocasiones, siempre se negó a abandonar a los huérfanos, decía: ‘No se abandona a un niño enfermo y no le abandonas en estas circunstancias’. Todavía estaban frescas en la memoria colectiva las imágenes de Janusz acompañado de 200 niños y de sus colaboradores, los más pequeños aferrados a su mano o a sus ropas, caminando silenciosos hacia los vagones del ferrocarril cuyo destino les llevaría inexorablemente a su exterminación en Treblinka.
Y Antonina se preguntaba entonces cómo podía estar ocurriendo algo tan abominable en pleno siglo XX.
Janusz Korczak fue condecorado a título póstumo con la Cruz de Caballero de la Orden del Renacimiento de Polonia y de Justo entre las Naciones en Israel. En la Polonia actual se le considera un mártir, además de un precursor de las modernas teorías pedagógicas. Opinaba lo siguiente: ‘Cambiar el mundo, significa cambiar la educación’.
En 1.943 uno de los más monstruosos comandantes del Tercer Reich, Heinrich Himmler, a quien se le atribuye ‘La Solución Final’, visitó el gueto y ordenó la reanudación de las deportaciones, sin embargo, los judíos insurrectos levantaron barricadas y actuaron en contra de los judíos colaboracionistas, la expulsión hubo de ser pospuesta. Desde el exterior fueron apoyados por la Resistencia polaca y por los miles de judíos que habían logrado escapar, entre
20.000 y 30.000. El bosque de Parczew, con lagos y algunos caminos transitables se convirtió en el refugio de estas personas, la mayoría hombres. El Levantamiento del Gheto de Varsovia fue el escenario de la mayor resistencia judía contra el genocidio, se inició el 19 de abril de 1.943 pero la ayuda del exterior no fue suficiente y acabó apenas en unas semanas, concretamente el 16 de mayo, dejando una imagen fantasmal con el gueto reducido a escombros y sembrado de miles de cadáveres. Los nazis lo dieron por concluido volando uno los símbolos más emblemáticos de la comunidad judía, la Gran Sinagoga, que se encontraba en el exterior del gueto, en la calle Tlomackie. Alrededor de 56.000 hombres fueron capturados y hechos prisioneros. Otros 37.000 deportados a diferentes campos de concentración.
Jan recibió un tiro en el cuello durante la insurrección de Varsovia, logrando milagrosamente sobrevivir. Estuvo en un campo de prisioneros en Alemania durante dos años, regresó en 1.945. Antonina también fue detenida junto con sus hijos, en el trayecto de camino a Alemania consiguió escapar con los niños permaneciendo ocultos en una aldea hasta el final de la guerra. Cuando regresó a Varsovia se dedicó a recaudar fondos para la reconstrucción del zoológico. Su reapertura se llevó a cabo en el año 1.949, siendo Jan su principal protagonista. Retomó sus clases como profesor y escribió varios libros. La familia volvió a estar unida. El 7 de octubre de 1.965 se desplazaron a Israel invitados por sus amigos y por aquellos cuyas vidas salvaron. En una emotiva ceremonia fueron reconocidos con la prestigiosa distinción de Justos entre las Naciones. A las sucesivas preguntas de la prensa Jan explicaba: “No fue un acto de heroísmo, sólo una obligación humana”.
Su gesta permaneció un tanto archivada demasiado tiempo, la grandeza y la humanidad de Jan y Antonina Zabinski deben ser recordadas.
Algunos de los prisioneros más conocidos del gueto fueron:
- Emanuel Ringelblum: Historiador. Autor de las ‘Notas desde el Gheto de Varsovia’.
- Mordechai Anielewicz: Comandante de la Organización de la lucha judía.
- Yitzhak Katzenelson: Poeta y dramaturgo.Wladyslaw Szpilman: Compositor y pianista. La película de Roman Polanski está basada en sus memorias.
Más de 860.000 polacos fueron desarraigados, 1.300.000 enviados a Alemania para realizar trabajos forzados y 350.000, sencillamente, asesinados.
Reza en un dicho judío lo siguiente: Quien salva una vida salva al mundo entero
Fin del relato
ojalá haya..y seguro que es asi muchas personas de corazón noble y comportamiento de héroes para con los demás.
Desde niña estas enseñanzas son las q he recibido de mis padres,a lo largo de mi vida (hoy tengo 69 años) he intentado y creo conseguido,ayudar en todo momento a mis semejantes ,nunca he mirado ni raza ni religión o creencias politicas,mi padre siempre decía q no había más creencia q la conciencia de cada uno ,criada en un hogar no religioso,nuestra creencia fue siempre político ,toda la familia hemos tenido las ideas del socialismo,pero siempre ,siempre ayudar al semejante.