La infancia es un momento importante en la vida de todo ser humano, el infante se enfrenta a un mundo desconocido donde todo le resulta nuevo y curioso, con el tiempo nos volvemos mundanos y perdemos la característica principal de nuestra inocencia, la curiosidad. Por fortuna, existen algunas actividades recreativas que mantienen esa curiosidad y nos invitan a descubrir un misterio, a veces es un juego de mesa (CLUE: ¿Quién es el culpable?) y a veces una película que se inspira en este tipo de juegos, hoy hablaremos un poco de la segunda.
Knives Out: Glass Onion, es la secuela de la saga del mismo nombre inspirada en la franquicia de juegos de misterio “CLUE: ¿Quién es el culpable?”. La trama inicial es bastante sencilla, un grupo de personas acaudalas con relaciones afectivas que los vinculan se reúnen en una mansión donde alguno de ellos es asesinado, en medio de todo ello un detective realiza labor investigativa con la que busca hallar al culpable por medio de sus motivaciones.
Glass Onion, aplica la misma formula empleada en la precuela sin llegar a cansar a la audiencia o desgastar al personaje recurrente de esta serie de películas, el detective Benoit Blanc, y esto se debe precisamente a la polifuncionalidad del personaje que no encasilla papel del misterioso y atormentado investigador privado del cine noir, muy por el contrario, la actuación de Daniel Craig, por momentos nos recuerda a un desubicado Jacques Clouseau que aparenta no poder resolver el crimen hasta el climax de la historia, donde en base a sus inferencias logra convencer a la audiencia que su personaje se encuentra más cerca de Sherlock Holmes o Hercules Poirot.
Finalmente, luego de casi 180 minutos, deshilvanando la intimidad de los personajes, de conocer sus secretos más íntimos y sus vergonzosas motivaciones, con dos muertos a cuestas y mucha incertidumbre, solo resta la responder la pregunta mas importante, la pregunta que motivo el inicio de esta historia, solo falta saber ¿Quién es el culpable?