El pasado día 24 de febrero, los pacientes ciudadanos tuvimos la ocasión de soportar al Sr. Rajoy otra de sus grandes estupideces en su intento de ser ingenioso y mostrar su faceta más humana en una entrevista dentro de un conocido programa de la Sexta llamado Espejo Público, cuando al ser preguntado por su nombramiento como persona non grata por el Pleno del Ayuntamiento de Pontevedra, respondió que: “los políticos somos sentimientos y tenemos seres humanos”.
Esta respuesta no tardó mucho tiempo en convertirse en viral en las redes sociales y, por tanto, en surgir la mofa de los ciudadanos al respecto, como en pasadas ocasiones, reacción que no acabo de compartir, porque aunque puedan existir razones para la burla y los chascarrillos, el tema es más peliagudo, no sólo porque se ha convertido en algo habitual en el discurso del ahora presidente del gobierno en funciones; sino también, porque estos denominados lapsus por la mayoría de los comentaristas y tertulianos políticos, normalmente van acompañados de un guiño casi esperpéntico del ojo izquierdo que, aunque algunos han atribuido a la falta de control de aquel sobre sus gestos cuando miente, sin embargo, algunos hemos empezado a dudar que detrás de esta apariencia humana se esconde un androide cuyo sistema central está empezando a fallar por una falta de puesta punto o simplemente porque se ha vuelto inoperativo tras las últimas elecciones generales, ante tanto movimiento de cara a la investidura de un nuevo presidente.
También cabe la posibilidad que en alguna de sus visitas a Bruselas haya sido reprogramado de forma inadecuada añadiendo algún tipo de memoria analítica-lógica no compatible con la placa base, también conocida como placa madre, que conecta todos los componentes de su memoria artificial, al objeto de adaptar su RAM a un nuevo sistema operativo creado por la troyca Europea para combatir los efectos de la crisis financiera en nuestro país.
Si admitimos esta última opción como la válida, realmente estamos ante un grave problema, porque la pregunta que nos obliga hacernos es si el resto de políticos son igualmente seres artificiales reprogramables, porque sólo de ser así, entenderíamos el pacto contra natura entre el PSOE y C´s, cuyo objetivo sería evitar la confrontación que se produciría con otros pactos hacia la izquierda, con quienes han creado este ejercito de políticos robóticos.
Al final, como siempre, se trata simplemente de una cuestión de números, en este caso de ceros y unos que abren y cierran las puertas lógicas de los circuitos integrados que hacen que dicha inteligencia artificial controle a los ciudadanos, para que al final esa conjugación de dos dígitos, conocido como sistema binario, se transforme en el resto de dígitos del sistema decimal, seguido de tanto ceros que ni siquiera tienen cabida en las cuentas corrientes de los esos bancos suizos de las cuales son titulares los de siempre.