La elaboración de un proceso mental, confiere automáticamente un poder especial al ser que lo ha originado, dotándole de una innecesaria capacidad verbal que le imposibilita para realizar mecanismos más complejos; una puerta blindada que ofrece la creación, para que nada ni nadie pueda alcanzar el límite máximo de omnipotencia. Un modo muy práctico de engendrar esclavos que no tengan noción alguna de su efectiva y lamentable condición. Es triste, pero la parcialidad traza líneas rectas en un universo curvo; una traición construida de antemano por un distribuidor de mala suerte.”