Tú y ella
se hace vacío en las palabras.
Sólo el sonido escucha
el envestir de dos cuerpos
que orbitan equidistantes,
al unísono,
pidiendo al espacio
girar en el mismo instante.
Suplicando al tiempo
que no entre
por la puerta
donde todavía no viven.
No hay puertas que el deseo no pueda abrir.como no hay deseo que sea fuerte y muera por ese amor..