- El mejor experto también fue un día aprendiz.
(Anónimo)
No me pesa nada haber realizado prácticas en una empresa. Reconozco que al principio no me gustaba la idea. Estoy un poco harto de empezar en un taller y tener que irme al poco tiempo. Hubiera preferido hacer un trabajo en casa, yo solo, con mis propias ideas y en mi habitación. Puede que sea un poco coñazo porque no aguanto a nadie pero, en octubre de 2019, deseaba comenzar cuanto antes el curso de Docencia en Formación Profesional para el Empleo SSCE0110.
Tiene un nombre largo y no es muy fácil de entender a la primera. Viene a ser, profesor, maestro o docente para personas sin empleo. Hay diferencias entre estas tres profesiones, pero en realidad comparten la misma meta.
Para entender este mecanismo hice lo mismo que el relojero con sus relojes: abrir la tapa para ver lo que hay dentro. Lo que había dentro era una persona que no pertenecía a ningún grupo en exclusión. No era una mujer maltratada, tampoco un parado de larga duración, además estaba cobrando el paro. Por lo tanto, me tocó ir a la cola, al final de la cola.
Volviendo de un Obradoiro me encontré con Matías, un alumno del taller donde hice las prácticas. Fue curioso porque llevaba la mascarilla puesta y estaba quitándose el casco, pero aun así conseguí reconocerlo. Hablamos unos minutos y me comentó que ya había terminado el enrejado y que solo había que colocarlo. También había terminado las probetas de inox y aluminio.
Este alumno es alto y fuerte y su carácter acompaña a su físico. Es una persona con cierta tendencia a meterse en todo y a dirigir. “Hay que estar pendiente de él”, me aconsejó el tutor de mis prácticas. “También hay que estar pendiente de Jesús”, (más bien bajo y delgado), cuyo carácter también acompaña a su cuerpo, ya que es introvertido y elude los enfrentamientos. Quedan trece más, desde un ama de casa hasta dos informáticos. Sólo uno de los quince estaba en el curso de soldadura. Esta es una prueba de lo variopinto de los perfiles de las personas que inician en estas enseñanzas. Y, según puedo recordar, casi la mitad de ellos lo iniciaron por hacer algo, más que por ver un futuro en alguna rama profesional.
Contacté con cinco o seis academias en las que impartían esta disciplina de docencia: o tenían el cupo lleno o tardarían mucho en cerrar la lista definitiva. Pero en una de ellas me propusieron pidiera en el Sepe me enviara allí. En el Sepe no lo entendían, ya que estaba habilitado para entrar en todas las academias; pero al insistir accedieron. ¿O fue la casualidad? En una convocatoria faltaron dos personas y completaron los quince conmigo y otro compañero. ¡Objetivo conseguido!
Tras una semana caí en la cuenta de que la docente, profesora o maestra insistía mucho en el término GRUPO: “Es que el grupo es un ente vivo, es que el grupo evoluciona, es que el grupo puede cambiar muy deprisa, es que el grupo puede romperse por menos de nada”. Para terminar con: “Cuidado con el grupo una vez que se termine el curso”. Le daba tantas vueltas al asunto que resultaba pesada.
Después de reflexionar, me di cuenta de que, hasta entonces, en los trabajos yo no había tenido en cuenta al grupo. Sí que tuve cuidado con los compañeros de forma individual, pero casi nunca como colectivo.
Prado me recomendó no implicarme de manera amistosa con los compañeros ya que a alguno de ellos habría de dirigirles el proyecto final de máster. Así que en las prácticas lo llevé a rajatabla. Atento siempre a lo que necesitaran, pero siempre con una amable distancia. Ninguno se pasó de la raya y yo no metí la pata. ¡Qué pena que no me diera cuenta de esto antes! De esto y de la pertenencia, o no, al grupo o grupos que siempre hay allá a donde vamos: nunca se critica, ataca, intimida o alaba, ayuda o favorece a una sola persona. Lo haces a los que con él o ella trabajan, viven o viajan.
El curso fue interrumpido por Covid-19 y ahí empezó mi caminar con las plataformas digitales y mi primera experiencia laboral con la formación mediante videoconferencia, vídeo llamadas en grupo y de manera individual. También con la formación online resolviendo dudas por email. Gracias a esta primera experiencia escribí:
Plataformas digitales ¿Sirven para aprender? ¿Fáciles de usar?
La verdad es que todos necesitábamos reunirnos y tomar algo juntos. Lo hicimos después de un examen. La conversación era animada y los pinchos de tortilla duraban poco. Las anécdotas se sucedían unas tras otras igual que los planes de futuro. Las cábalas acerca de dónde podríamos encontrar trabajo eran como un bocado que entraba dulce al principio y que dejaba un sabor algo amargo al final. Como cuando se está terminando la carrera o la formación profesional. Damos un nuevo e importante paso. La recompensa de la miel o el amargor de la hiel, todo depende de nosotros en gran medida.
Por sorpresa, tras otro examen, casi sin venir a cuento, nos asignaron las empresas para hacer las prácticas. Me entró una sensación entre alegría, angustia y pereza. Buscar un sitio y cómo llegar. Prepararte para empezar de nuevo y … el protocolo de bienvenida, conocer a los compañeros y jefes. Bajar al taller, ponerte el buzo y empezar a reconocer los olores a hierro fundido, a amoladora, los ruidos metálicos…. Recordar los nombres de los alumnos y su forma de ser, qué está haciendo cada uno y cómo.
Al terminar las prácticas, casi al despedirnos, no pensaba pedirle su número de teléfono; no me parecía apropiado, pero le llamé porque fue él quien me lo dio. Es un buen hombre, mi tutor. Muy claro, me abrió los ojos en muchos aspectos. Como anécdota, me confesó que llegó a tener nóminas de 12.000 €, sí 12.000€ cuando empezaron a impartirse estos cursos. Ahora se cobra un sueldo más normal.
Como el Paro no puede durar siempre, ni conviene, hay que buscar dónde trabajar. Da pereza volver a empezar, pero ¡qué remedio! Peor estaban los abuelos, mucho peor y aun así conservaban la sonrisa y las ganas de vivir y de no pasar necesidad. Antes lo de fin de mes no se llevaba tanto como ahora. Era más de primavera, verano, otoño e invierno y volver a la primavera…
SOBRE ESTE CURSO DE FORMACIÓN: