“Lo siento, pero en ti tampoco encuentro finales. Y ya ni los he buscado. Es curioso saber y pensar que pueda existir tal magnitud de maravillas que hacen daño. Lo único que he visto, y de lejos, estos últimos días, es tu sonrisa, que al parecer también tiene una especie de inmunidad a los finales. Ya te digo, la mente siempre ayuda en los casos de distancias cronológicas. Pero siempre encontraré momentos infinitos si te recuerdo. Por eso, aunque ya mi nombre no se te pase por la mente, me gusta imaginar que se te escapa una sonrisa al encontrarme en tu viaje al pasado. Porque, estoy seguro, tampoco tengo finales ni olvidos que puedan hacerme dejar de existir.
(Heber Snc Nur )