Poema a Esperanza Aguirre.
(Grande de España y del universo
conocido)
Esperanza.
Yo… soy esa.
La condesa lideresa.
Que aparcaba en los carriles
Y se enfrentaba a los viles,
Agentes de movilidad,
Que me odiaban de verdad.
Por ser mujer elegante
Muy simpática y galante,
Y por tener mucha pasta,
Mucho ingenio y también casta.
Me rodeé de batracios
En despachos y en espacios,
Pensé que besaba un sapo…
Que era príncipe no un capo
Y así destapé la trama.
Pues yo soy, la puta ama.
Una persona decente
Que administro limpiamente,
El dinero de la gente.
Vosotras uno, yo veinte.
Ahora me siento muy triste,
El alma la llevo en ristre.
Lloro y muy acongojada
¡Me siento tan humillada!
Pues me quieren señalar,
Como a un corrupto vulgar.
No lo pienso consentir
¡Y no voy a dimitir!
Y es que soy la lideresa,
Doble condesa sorpresa.
Provengo de gran linaje,
Alta alcurnia y mucho encaje.
¿Que buscan? ¿Meterme presa?
¡Cuánta calumnia y ultraje!
Después de mi gran gestión,
¡Venga privatización!
¡Vean mi dedo en acción!
También me debo a mi gente,
Que son de millones, veinte.
Y si reduces los datos,
De veinte se quedan cuatro.
Que han ido a buenos colegios
Y merecen privilegios.
Cargos, viajes, putas, cuentas
En paraísos y vueltas,
Por los mejores hoteles,
Mesas, con finos manteles,
Y tratamiento de don
o doña, ¡que no es de coña!,
Que te da honorabilidad,
Y riqueza en cantidad.
Pues se goza de lo ajeno
Que lo nuestro es menos bueno,
Por eso bajo el colchón,
Está amarrado a presión.
Así que recuérdenme triste
Con lágrimas y apenada,
Con el alma acongojada
Por la terrible traición,
Y no como a la condesa,
La pérfida lideresa,
Rodeada de ladrones,
Para los que no hay jabones
Que oculten el mal olor
De todo a su alrededor.
Menos yo que soy muy buena
Por eso ténganme pena.
Ruth Gonzalez