El debate a tres de las primarias del PSOE. Que sopor.
Y si nunca me han gustado los candidatos oficialistas, menos me gustan cuando vienen dando lecciones de honradez y fraternidad, como Susana Díaz… “Quiero que el PSOE sea un partido fraternal, con un liderazgo fraternal, en el que la única palabra que nos una sea compañeros“, dijo el pasado sábado en Murcia.
¿Puede considerarse fraternal la puñada del pasado mes de abril a Pedro Sánchez?, puñalada de una vieja guardia del PSOE materializada como si se tratará de un vodevil por una mujer con muchas ganas de ascenso dentro de la estructura política del partido a nivel estatal que le pueda dar el despacho de la Moncloa, y una gestora que lejos de mostrar distancia en el asunto ha interpretado al pie de la letra un guion que se diría escrito por el mismísimo Felipe González.
Claro, que nada tiene de raro que un partido político exista un posición oficial y otra que, suele llamarse opositora, precisamente por apartarse de aquella; pero si lo tiene cuando tal representación se concluye con ménage a trois donde el tercero en discordia es otra posición oficial del “buenismo” del partido, pero como un lobo disfrazado con el piel de cordero, que afirma que no quiere ganar si el que pierde es el PSOE, desmarcándose de esta manera de un posible futuro pacto que lleve a la izquierda a gobernar el país.
Claro esta con lo dicho que de los tres prefiero al no nombrado, quien también estuvo a la derecha del padre mientras interesó a las viejas guardias socialistas y a él, y que han permitido por falta de un ideario político claro en este momento histórico en el que parece que las medias tintas no es suficiente, que los que gobiernen sea la derecha más rancia. Ahora bien, ¿quién gana en todo esto?, ¿el PSOE como partido o las viejas formas de hacer política?.
Ahora bien, ¿quién gana en todo esto?, ¿el PSOE como partido o las viejas formas de hacer política?.
La verdad, es que no sabría dar una respuesta clara a tales cuestiones, pero si tengo claro que los que nunca han ganado en estas batallas son los pobres, quienes a pesar de que voten al PSOE bajo el convencimiento de que votan socialismo, en realidad están votando a un partido tan próximo a posiciones liberales como el Partido Popular, disfrutando de los mismos privilegios políticos por mantener la boca callada… y lo peor… con una carga de corruptos a sus espaldas tan grande que los hacen ilegítimos para cualquier carago representativo… los tontos útiles de la izquierda.