LOUIS ARMSTRONG Y JOHN WAYNE, COETÁNEOS EN LA DISTANCIA

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Nada en su entorno era propicio para que se convirtiera en un músico de fama mundial. Si no hubiera sido arrestado a los 11 años y llevado a un hogar para delincuentes juveniles, es posible que Louis Armstrong nunca hubiera aprendido a tocar.

Louis Armstrong en Amsterdam, October, 1955. | Fotografía: Wikimedia Commons Images

Seis años después, en 1907, nace en Winterset, Iowa, Marion Robert Morrison -John Wayne-, en el seno de una familia empobrecida, con una madre fría e hipercrítica, y padre fracasado que murió antes de ver a su hijo alcanzar el estrellato cinematográfico.

El romanticismo de la magnolia y el sabor a bourbon, se acompañaban por música en cada esquina del gueto negro donde nació Louis Armstrong, pero también lo hacían la prostitución, la adicción a las drogas, violencia, enfermedad y muerte. Una miserable barriada acunó a quien alcanzó el estatus de ícono artístico estadounidense; el brillante trompetista que llenó con su música la más emocionante innovación en el jazz.

Creció en una ciudad cosmopolita inundada de un mar de estilos musicales, recibiendo un legado musical casi por ósmosis, escuchando a los grandes músicos de la época tocando sentado en el porche de su casa o en algún bar cercano.

Casa donde nació armstrong, Nueva Orleans

1.650 Km al norte, los Morrison se habían labrado un nicho en la clase media de los Estados Unidos (el padre trabajaba en una farmacia), aunque su perspicacia comercial provocó tensiones financieras que les forzaron a mudarse. En 1914, una conspiración entre el caso agudo de tuberculosis del padre y la invitación del abuelo, establecieron a la familia en el oeste, en el desolado Palmdale de California.

“Palmenthal”, su primer asentamiento fue establecido como aldea el 20 de abril de 1886 por viajeros luteranos del oeste del Medio Oeste de Estados Unidos, en su mayoría de ascendencia alemana y suiza.

Armstrong siguió a las bandas de música que marchaban, los espirituales negros y canciones de trabajo, bandas italianas y británicas, y ópera francesa. Y dejó permanentemente Nueva Orleans en 1922 para seguir a su mentor, Joe “King” Oliver, a Chicago para obtener un mayor reconocimiento, aunque su ciudad y su música nunca lo abandonaron. Ya no pararía de viajar.

Las personas de color adquirían un poco más fácil los instrumentos debido al excedente provocado por la disolución de bandas militares en la guerra civil, esto dio comienzo a la creación de bandas populares, lo que provoco que New Orleans se convirtiera en la capital mundial del jazz.

En el Goden State, en un terreno árido y a los siete años de edad, el futuro Sr. Wayne y su familia descubrieron todo menos una vida fácil: apenas podían llegar a fin de mes. Estos años de escasez inculcaron en el joven Marion una sensación de frugalidad y una fuerte ética de trabajo, que llevaría consigo el resto de su vida, y que plasmó en el estilo de vida que inmortalizó en sus películas e impregnó en la imaginación popular, dándole raíces en el arenoso oeste, y en el fondo del alma. Un día típico para Marion era levantarse temprano para ayudar con los quehaceres en la granja antes de montar su fiel pony Jenny, e ir la escuela primaria en la cercana Lancaster. Cuando la familia abandonó la agricultura en la granja, se trasladaron a Glendale. En este suburbio de Los Ángeles, se convirtió en un típico adolescente californiano, y terminó siendo un buscavidas.

Wayne logró una beca para jugar al rugby en la Universidad del Sur de California de 1925 a 1927.

Fue cuando ya había alcanzado la fama y el dinero, cuando Loius alzó por primera vez la voz ante un episodio racista: el “Little Rock Nine” de septiembre de 1957, incidente provocado por el gobernador de Arkansas, al enviar a la Guardia Nacional para evitar que nueve estudiantes afroamericanos se integraran en una High School. El drama se transmitió por la televisión nacional y multitudes de blancos se reunieron para gritar y maldecir a los estudiantes. Armstrong estalló: “la forma en que tratan a mi gente en el Sur…, el gobierno puede irse al infierno”. Llamó al Gobernador Faubus “hijo de puta” y calificó al presidente Eisenhower sin “agallas”, al permitir que Faubus controlara la situación. Hasta ese momento, los líderes negros y otros músicos de color lo habían acusado de ser un “Tío Tom”, por tocar ante audiencias segregadas. Durante un par de años, ninguna entrevista con Armstrong parecía completa sin una pregunta sobre cuándo iba a hacer una gira por Rusia…, y durante mucho tiempo, emisoras de radio descartaron todas sus canciones. La reacción fue brutal: las respuestas negativas a sus palabras superaron con creces cualquier defensa publicada. Pero decirle al presidente ” tienes dos caras” y “no tienes agallas”, impulsaron a Eisenhower a hacer lo correcto.

Soldados escoltando a los nueve estudiantes de la all-white Central High School en Little Rock, Ark. | Fotografía: Wikimedia Commons Images

Marion asistió a Glendale High School y después se matriculó en la Universidad del Sur de California con una beca de fútbol, hasta que terminó con su prometedora carrera futbolística por una lesión, su beca y sus medios para asistir a la universidad. El prestigio del fútbol de la USC y la proximidad de las luces y el glamour de Hollywood hizo que encontrar un trabajo en un estudio fuera fácil para un joven como Wayne, que estaba buscando una oportunidad.

“John Wayne en el set de “The Big Trail” (1930)”

Louis nunca olvidó sus días plagados de pobreza en Nueva Orleans, donde sufrió el racismo y la brutalidad policial (le contó a Orson Welles en 1970: “fueron días espantosos porque los policías te azotaban la cabeza y preguntaban tu nombre después”); vió linchamientos, fue perseguido por turbas, etc. Aún siendo una estrella en la década de 1930, no pudo pernoctar en hoteles de blancos, fue arrestado en Memphis, detenido a punta de pistola y mucho más. Lo superó todo y aún así fue un “Tío Tom” durante mucho tiempo para miembros de su propia raza. Años después, prominentes afroamericanos todavía trataban de detener esos latigazos en la cabeza, y se les decía que se callaran y que estuvieran agradecidos por no ser aún esclavos.

Louis Armstrong fue miembro de la Lodge of Montgomery No. 18, aunque su membresía está en disputa. Según los historiadores, puede haber sido miembro de numerosos grupos masónicos. En su autobiografía declara haber estado afiliado a la logia “Los Caballeros de Pitias”.

Wayne pasó su largo aprendizaje imaginando y construyendo el ejemplo físico y moral que creía que las películas -y cada vez más, a medida que transcurría el siglo XX, Estados Unidos- necesitaban. Siempre dijo que ese ejemplar, ese modelo que garantizaba la civilización y se mantenía en perpetuo exilio, no era más que “el tipo de hombre que me gustaría haber sido”. El abuso que sufrió a manos de su madre o la desesperación que sintió con sus matrimonios fracasados, no le hicieron nunca perder su manera amable de hablar, ni dejar de ofrecer ayuda a numerosos actores nuevos. Pero en 1971 declaró en Playboy: “Creo en la supremacía blanca hasta que los negros estén educados y lleguen a un cierto punto de responsabilidad. No creo en darle autoridad y posiciones de liderazgo y juicio a personas irresponsables”. También defendió la matanza sistemática de indios americanos en el proceso de la conquista del Oeste: “aquello fue una cuestión de supervivencia, había un gran número de gente que necesitaba nuevas tierras, y los indios estaban tratando de quedárselas para ellos de forma egoísta”. Esto, sumado a su contribución a la causa anticomunista que durante años marcó el panorama en Hollywood, ensombreció sobre manera su persona.

En su juventud fue miembro del Capítulo De Molay de Glendale y después fue iniciado en masonería siguiendo los pasos de su padre, en la Marion McDaniel Lodge No. 56 en Tuscon, Arizona. Ese mismo año se dio de alta como Shriner. Se convertiría en un 32 ° escocés Rite Mason, miembro de York Rite y se uniría al Templo Al Malaikah Shrine en Los Ángeles.

 

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