El caso ASTAPA es un proceso judicial con 110 imputados, de los que al día de hoy el fiscal solo mantiene la acusación sobre 50 de ellos, a los que se les imputan delitos de falsedad, fraude, malversación, cohecho, prevaricación y tráfico de influencias, imputándolos en base a pruebas no contrastadas, caso de informes técnicos externos que el propio técnico negó haber suscrito, y obviando la legalidad vigente en cuanto a las escuchas telefónicas y el seguimiento de actividades.
Hace pocos días se retira toda petición de indemnización, tras haberse apartado como acusación penal el Ayuntamiento de Estepona. Ya en el año 2017 la Junta de Andalucía, personada durante buena parte de la instrucción, también decidió retirarse del caso.
Y a parte por el numero inicial de imputados, también presenta una anomalía procesal por el tiempo transcurrido, el fiscal admite que hubo dilación en el procedimiento, desde el inicio hasta su previsible final. El juicio comenzó el nueve de enero de 2023, dieciséis años después de que se interviniese el Ayuntamiento de Estepona e ingresaran en prisión cinco de los imputados y otros dieciocho quedaran en libertad bajo fianza.
También hay que señalar la injerencia en el procedimiento de funcionarios de la policía que manejaron el procedimiento en su propio beneficio y que han quedado de manifiesto en audios y testificales. Un proceso marcado desde su inicio por la ambición desmedida de políticos cuya única obsesión era la de obtener el poder y con tal de obtenerlo se plegaron a intereses bastardos. Un proceso que provoco la disolución de la agrupación municipal del
PSOE en Estepona, el menoscabo del honor y la hacienda de imputados, un proceso basado en una denuncia espuria sobre la gestión urbanística en el Ayuntamiento y que ha sido desmontado por las defensas y los propios acusados.
Un proceso en el que mezclan las cloacas del Estado, entidades financieras, la Conferencia Episcopal, el entramado societario del comisario Villarejo, sociedades con una delicada situación financiera, empresarios de altos vuelos reconvertidos en promotores, todos al olor del pelotazo que suponía los suelos de la herencia Nadal.
“Un procedimiento judicial largo que parece arrancar de las entrañas de la herencia Nadal, con multitud de personajes, influencias y salpicado por la sospecha. Sea cual sea la dirección en la que sople el viento, el hedor de las cloacas amenaza con contaminar el escenario”. Esto lo escribí en septiembre de 2019. Os dejo el enlace a pie de página.
El caso ASTAPA es un proceso judicial que se inicia por la sospecha de una trama de corrupción urbanística instalada en el Ayuntamiento de Estepona. «Lo que se denuncia no es lo que sucedió, lo que se denuncia es lo que se construye para obtener una determinada imputación que se busca desde el principio», ha aseverado una de las defensas defensa, cuestionando la investigación preprocesal iniciada por la Fiscalía.
Con el proceso visto para sentencia, después de dieciocho años, lo que se puede deducir es que evidentemente había un entramado societario, político, financiero, mediático y religioso que pusieron en la diana al Ayuntamiento de Estepona, cayera quien cayera, con el objetivo de obtener lo que desde la legalidad se les negaba. Lo que ASTAPA oculta no es el título de una película de cine negro, es una tragedia sin resolver. Porque no es algo de consecuencias estrictamente personales, alcanza también categoría moral y afecta al conjunto.
https://psr-e.over-blog.com/2019/09/el-caso-astapa.html