Chabolas humildes
Llenas de madres tristes
mirando la ropa vieja de sus hijos.
Sintiendo las goteras
de los techos de plásticos y cartones.
Remendando la sopa
con un poco de pan duro
mirando, como la lluvia les hace barro,
el suelo y las esperanzas
un hijo pone cubos sin mango
para recoger algo de agua
y poderse lavar la cara y las manos,
una madre tapa con un hule
al bebe que duerme
dentro de una caja de fruta.
La lluvia suena más duro en los techos
de las chabolas más pobres,
La lluvia no suena nada
en los tejados de las casas de los ricos,
hijos que no sueñan con festines
porque nunca han visto ninguno,
hijos que no sueñan con historias
porque no saben leer,
padres que recogen la chatarra
que les sobra a los que comen todos los días.
Padres que sueñan con encontrar un trabajo
donde no necesiten saber leer.
Recuerda a su padre soñando lo mismo
Recuerda al padre de su padre soñando lo mismo
Una madre sigue remendando
la sopa con pan duro.
Otras madres apenas tienen
un fueguito para calentar un agua pobre
el fueguito resiste a la lluvia gotera
como puede. Pero al final se suicida
ahogándose en barro.
Nadie llora
Nadie se queja.
El silencio lo llena casi todo.
Casi todo, menos las gotas,
en los techos de plástico y cartón.
Se repite como la rueda abollada
del carrito donde un padre recoge la chatarra
nada cambia de color.
Las nietas taparan con un hule a su bebe
que dormirá en una caja de fruta
dentro de unos años.
Y seguirá sonando la lluvia
delatando las chabolas de los más pobres.
Triste realidad… Me conmueve y siento una gran impotencia.