►«La inteligencia es lo que usas cuando no sabes qué hacer».
►«Si un individuo es pasivo intelectualmente, no conseguirá ser libre moralmente».
►«La lógica y las matemáticas no son más que la estructuras lingüísticas especializadas».
►«Si quieres ser creativo, mantente en parte como un niño, con la creatividad y la inventiva que caracteriza a los niños antes de ser deformados por la sociedad adulta».
►«Toda explicación psicológica, tarde o temprano, termina reposando sobre la lógica o la biología».
►«Lo que vemos cambia lo que sabemos. Lo que conocemos cambia lo que vemos».
▬ JEAN WILLIAM FRITZ PIAGET (1896–1980).
Se ha dicho que todavía de bebé, JEAN PIAGET tenía un brillo en los ojos que presagiaba un talento capaz de desarrollar una gran curiosidad por las personas y el mundo natural circundante. Y en efecto, con solo 11 años PIAGET ya investigaba con acierto las especies biológicas más singulares que caían en sus manos.
Natural de Neuchâtel (Suiza), PIAGET se fue convirtiendo poco a poco en un joven inquieto, capaz de afrontar los profundos secretos del alma humana. Tal era su amor al conocimiento, que con solo 22 años ya era licenciado y doctor en Biología.
Muy joven todavía, se trasladó a París para formarse, afianzar sus conocimientos y trabajar en los más prestigiosos gabinetes de Psicología de la época. PIAGET se interesó por el Psicoanálisis, a través de sus contactos con las doctrinas de los grandes científicos profesionales de la época, como Freud y Jung.
De inmediato PIAGET entró a trabajar en una escuela infantil de París, donde conoció a grandes educadores de su tiempo, como Hans Lipp, Eugen Leuler, Théodore Simon o Alfred Binet.
A partir de su sólida formación en Psicología cognitiva infantil, PIAGET empezó a formular sus primeras teorías sobre el proceso cognitivo y el pensamiento infantil. Enseguida desarrolló teorías como “la inteligencia sensoriomotriz”, que describía el desarrollo espontáneo de una inteligencia práctica, basada en la acción, que se forma a partir de los conceptos incipientes que tiene el niño de los objetos permanentes en el espacio, del tiempo y de la causa, al demostrar que la lógica aparece en los niños mucho antes de ser capaces de hablar y comunicarse.
Según PIAGET, en una primera etapa, anterior a los dos años, el niño ya ha codificado sus simpatías elementales y ha establecido su afectividad hacia el exterior, es decir, hacia su familia y las personas que le son queridas en su entorno.
Poco después, PIAGET descubrió que llega un momento en el que el niño empieza a constituir relaciones sociales y patrones de relación. Es la fase que va de los 2 a los 7 años, en que la inteligencia intuitiva y los sentimientos individuales y espontáneos se muestran hacia el exterior.
A medida que los pequeños se hacen mayores, PIAGET indica que los chicos comienzan a realizar operaciones intelectuales concretas y son capaces de mostrar sentimientos sociales y morales. Y a partir de los 12 años ya son capaces de cooperar y pensar con lógica.
Finalmente, para una edad posterior PIAGET indica: «Son capaces de llevar a cabo operaciones intelectuales abstractas y su personalidad se va formando, convirtiéndose en hombrecitos y mujercitas con una fuerte inserción intelectual y afectiva en la sociedad adulta».
Durante toda su vida, PIAGET estudió los hitos evolutivos pautados en el desarrollo de los niños. Se tratan de trabajos muy pormenorizados acerca del desarrollo intelectual y cognitivo del niño, sobre lo que publicó varios libros que ejercieron una influencia enorme en la psicología evolutiva y en la pedagogía moderna. Por ello recibió numerosos premios y reconocimientos, y nos dejó un maravilloso e impresionante legado, que hoy nos ayuda a comprender y conocer mucho mejor la psicología y las claves del comportamiento del niño y del adolescente.