Como siempre, la babarie acompañada del fanatismo, ideas radicales de seres que creen que tienen encomendada por mediación divina o de no se qué ideólogo que creen que reventando cualquier sistema contrario a a sus ideas absolutistas, ha vuelto a hacer presencia, en este caso en las antípodas, pero la distancia no es una excepción al sentimiento, primero de compasión hacia las víctimas, sus familias y allegados, y segundo de rabia mezclada con una gran impotencia, por tan execrable conducta, sin sentido.
Vivimos en un mundo de extremos, donde las conductas equilibradas, mediadoras, tendentes a evitar el conflicto están mal vistas, no se si porque no tiene morbo, porque no se llevan o porque hoy día hay que ser de algo, aunque ese algo mate, asesine… aunque ese algo sea lo más cruel… Sino está sembrada la batalla, la confrontación, la subida do “likes” en nuestra RRSS, con su demoniaca intención de desequilibrar todo, no se si buscando en el caos algún beneficio como redentores de sus nuevas patrias, religiones, tradiciones y, un largo etcétera, incluyendo el desatino de cualquier enajenado que por un día se convierte al mismo tiempo en Badman y Superman.
No seguimos empeñando en falacias, donde el mundo se divide en buenos y malos, en negro y blanco, olvidándose de la enorme escala de grises que hay; estereotipos y prejuicios, donde los islámicos son todos del ISIS, los y las homosexuales, maricones de mierda y degenerados, la mujer que liga una puta, y los que no piensan como ellos están equivocados. Este es el peor terrorismo, pues, pudiendo desembocar en un atentado sangriento, no sólo destruyen personas y bienes, sino también libertades. Desequilibrando la pretendida paz mundial, pero lo peor aún, corrompiendo todo lo que tocan.
Este es el mundo, así somos, matamos por ideas, por dioses con caras diferentes que dividen, por ideas de un radicalismo fascista, tanto de izquierdas como de derechas, de separatismo en vez de unión. Siempre existen puentes que unen, pero nos empeñamos en destruirlos.
Somos seres destructivos, no sólo de nuestra planeta, de nuestra hábitat, de nuestro entorno, sino también contra personas que piensa diferentes. Esto es la base del terrorismo.