Adiós vacaciones. Ya se terminaron esos días de no tener hora para irse a la cama y lo mismo para levantarse. No importa que las sábanas se nos peguen. No hay prisa, sólo los estresados para coger sitio en primera línea de playa donde instalar su sombrilla a o para hacer alguna excursión. Para algunos, una gran mayoría, el final del verano ha llegado y con ello la vuelta al trabajo y dentro de poco la vuelta al cole de los pequeños.
Empieza de nuevo la rutina y con ello la angustia de tener que vivir para trabajar. Según los expertos el periodo de adaptación al trabajo puede durar hasta dos semanas, lo que denominan estrés postvacacional y que sin duda influye en la productividad, aunque el problema realmente surge cuando ese estado de desánimo se alarga y dura más de ese tiempo.
Son muchas y muy variadas las medidas para combatir esta vuelta a la rutina laboral, tales como:
1.- La primera medida es tomarse las cosas con calma. Uno de los motivos por los que la vuelta al trabajo se nos pone cuesta arriba es encontrarnos de nuevo con una vida programada, lo cual no es malo, pues ello nos permitirá organizarnos nuestro tiempo de trabajo y de ocio, no dejando de hacer aquellas cosas que nos gustan y que nos permiten ocupar nuestro tiempo libre, aunque nada más sea descansar de la rutina.
Lo mismo en cuanto al trabajo. Es aconsejable que perdamos algunas horas de la mañana de nuestra primera jornada laboral tras el regreso, o incluso toda, para organizar el trabajo, ya que seguramente el disfrute de nuestras vacaciones ha hecho que éste se acumule. En este caso es importante establecer un orden de prioridades respecto a la importancia de los asuntos o tareas a desempeñar, no intentando, obviamente sacar en un día o varios lo que ha estado esperando durante el tiempo que han durado nuestras vacaciones.
Si la organización de nuestro trabajo no depende de nosotros sino de terceras personas o jefes, no queda más que asumir los tiempos según nos los marcan. En este caso la actitud con la que se asume el trabajo es muy importante. Una gran mayoría pensamos que somos unos desgraciados por tener que hacer todos los días lo mismo para poder sobrevivir, cuando la realidad es todo lo contrario, somos unos privilegiados por tener trabajo en un país con una tasa de desempleo tan alta.
La vuelta al trabajo, en ningún caso debemos permitir que se convierta en un problema global que anule el resto de sensaciones positivas que podemos tener a lo largo del día. Si fuese así, quizá no sea la vuelta al trabajo la que tenga la culpa de tu “depresión postvacacional”, sino que lo normal es que haya un problema de fondo en nuestro ámbito o esfera laboral sin resolver, como por ejemplo no estar a gusto con el trabajo que tenemos.
En el caso indicado, lo cierto es que se suman dos problemas, uno la vuelta al trabajo tras las vacaciones y el otro la inadaptabilidad al trabajo que, inevitablemente van a influir en nuestro estado de ánimo. No se puede negar lo que es evidente, estamos ante dos factores negativos, pero igual que en todo, es importante ejercitar nuestra inteligencia emocional y poner un orden en las soluciones, de manera que, no podemos pretender solucionar en unos días lo que llevamos, quizá años sin solucionar, como sería, siguiendo con el ejemplo la citada inadaptabilidad, por lo que vamos a positivizar en la medida de lo posible esta vuelta al trabajo, tomándonos las cosas con calma en la medida indicada.
“… es importante ejercitar nuestra inteligencia emocional y poner un orden en las soluciones, de manera que, no podemos pretender solucionar en unos días lo que llevamos, quizá años sin solucionar…”
2.- Otra medida es marcarnos objetivos nuevos o retomar los que en algún momento nos marcamos y que debido a la rutina dejamos aparcados. Si nos remontamos a los inicios de nuestra demanda laboral todos teníamos unas metas en cuanto al desempeño del trabajo se refiere. Evidentemente, lo norma es que nos ofertemos en un mercado laborar de acuerdo con nuestra aptitud para su desempeño, lo cual dependerá de muchos factores, pero sobre todo de la formación previa, de manera que cuando se nos brinda la oportunidad de trabajar el siguiente objetivo es la promoción profesional o lo que es lo mismo el ascenso en ese mismo trabajo o en otro diferente teniendo en cuenta la experiencia adquirida en el primero.
Sin embargo, la rutina, el exceso de trabajo y otros factores que han absorbido nuestra atención y gran parte de nuestra energía, nos han podido obligar a que el objetivo de la promoción profesional fuese aparcado o pasase a un segundo, tercero o cuarto lugar. Pues bien, quizá ahora sea el momento de plantearse de nuevo este objetivo.
Y, si no fuese la promoción profesional el objetivo principal, retomemos los que podamos hacer efectivos y recuperar nuestra ilusión en el trabajo en la medida de lo posible, pensemos en ellos, démonos un tiempo de reflexión para ver como los podemos llevarlos a efecto, como puede ser asistir a unos curso de formación profesional.
Si no tenemos objetivos, ni metas, ni nada por el estilo dentro de nuestro trabajo, quizá nos sirva en pensar que al menos ese trabajo nos esta sirviendo para obtener unos ingresos de los que dependen unos proyectos de vida que nos hemos marcado, por lo que sería bueno que en este retorno al trabajo retomemos la ilusión de empezar a desarrollar dichos proyectos.
3.- Es muy importante que, a partir de este momento empecemos a trabajar en una terapia para desarrollar tu inteligencia emocional, sobre todo en el aspecto de buscar aquello que nos puede hacer feliz. Se trata de compensar el efecto negativo con uno positivo, acción-reacción, de manera que, si la vuelta al trabajo supone para nosotros un trauma, busquemos en nuestro interior aquello que delimite la obligación laboral con otros aspectos de nuestra vida que fomentan nuestro desarrollo como personas y que nos hacen ser y estar felices.
A modo de ejemplo, muchas personas, han adoptado el papel en el trabajo de sumisos a los jefes, intentando ser buen compañero y no buscar problemas; papel que en modo alguno les está haciendo felices ante un abuso de autoridad o explotación por parte de los jefes, la existencia de malos compañeros o no luchar por aquellos derechos laborales que les corresponde. Pues, quizá sería este momento de la vuelta al trabajo para empezar a plantearnos esas pequeñas cosas que no nos gustan de nosotros mismos en nuestra vida laboral, de manera que este retorno al trabajo sea un antes y un después, un punto y aparte. Eso sí, nuestra inteligencia emocional tiene que valorar las consecuencias de nuestros actos, por lo que debemos buscar la compensación en lo que podemos ganar o podemos perder.
“… muchas personas, han adoptado el papel en el trabajo de sumisos a los jefes, intentando ser buen compañero y no buscar problemas; papel que en modo alguno les está haciendo felices ante un abuso de autoridad o explotación por parte de los jefes, la existencia de malos compañeros o no luchar por aquellos derechos laborales que les corresponde.“
Es muy importante que esta terapia se haga con un auténtico profesional en psicología alejándonos de los muchos gurús, padres espirituales, canalizadores de energía, sectas u otros elementos similares, que te prometen arreglarte la vida en dos días y lo único que consigue es desbaratártela.
4.- Por último, quizá sea el momento de empezar a practicar alguna técnica que nos ayude a relajarnos, siendo una muy utilizada en los últimos tiempos el mindfulness o atención plena que consiste en tomar conciencia del momento presente. Es vivir aquí y ahora. A través de la atención plena en el momento presente las personas que lo práctican quedan libres de enredarte en el pasado y preocuparte por el futuro, alcanzándose con ello la paz mentan y, por lo tanto, un estado de relajación.
Son muchas más las medidas que se podrían enunciar, pero en realidad de lo que se trata es de que tomemos conciencia que la vuelta al trabajo no es tan mala como para convertirla en una auténtica tragedia. Pensemos que forma parte de nuestra vida y que como tal tiene sus cosas negativas y sus cosas positivas, de lo que se trata es de potenciar las últimas. Busca en tu interior como hacerlo seguro que encontraras más de un recurso para hacerlo y sentirte mejor.