Madre de Dios, María Santísima…, no es que me haya vuelto beato, ni mucho menos, es que me sorprende todavía la insolencia de muchos de los simpatizantes, votantes, afiliados y demás familia del Partido Popular, que, aún viéndose con la soga al cuello y ante la evidencia de ser un partido corrupto por así haberlo dicho la reciente Sentencia de la Audiencia Nacional, por la que se condena a “Luis” el amigo de “R (punto) Rajoy” por blanqueo, y al antedicho partido por beneficiarse de la Gürtel. El tercer partido político condenado en España como responsable de los actos de corrupción cometidos por algunos de sus miembros, después de Unió Democrática de Catalunya (UDC), por el “caso Pallerols”, y de Convergencia Democrática de Catalunya (CDC), por el “caso Palau”.
Nadie en esta democracia, pseudo democracia, o como demonios queramos llamar a este régimen de acuerdos pactados, de mayorías de conveniencia, de super-hombres de izquierdas y de derechas que pactan hasta con el diablo, de patriotas de cierto olor a rancio, tanto de izquierdas como de derechas; pueden sacar pecho de nada. Y, por nadie me refiero a esos acólitos de los distintos partidos que van dando lecciones de democracia no importándoles, en absoluto, entrar en dimes y diretes haciéndose eco de noticias manipuladas, por uno y otro lado -depende de dónde cojee la línea editorial del medio-, como si de androides programados por una misma mano se tratasen. Eso sin referirme a los bobos de baba, y perdonen que utilice tal expresión, que por su fanatismo se creen las consignas y cotilleos de sus partidos, siendo de auténtica vergüenza verlos polemizar bajo cuatro argumentos, los mismos para todos, como si de un catecismo se tratarse. Patético, en serio. ¿Cómo podemos haber llegado a este grado de decadencia moral e intelectual y, por ende política, capaces de justificar lo injustificable?. Y miren ustedes, si la cosa no la podemos encasillar en nuestra mísera existencia del saber y del conocimiento, hasta somos capaces de violentarnos entrenado en la violencia física y verbal, insultando, diciendo falacias; demostrando, en definitiva, nuestro poco talante democrático, nuestra intolerancia con los que no piensa igual.
No aguanto a todo aquel o aquella, tanto de izquierdas como de derechas que se creen con la autoridad suficiente de dar lecciones de democracia. Algunas y algunos porque simplemente ya se han estrenado en alguna manifestación en levantar el puño y enfrentarse a las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, corriendo delante o detrás, y ya se creen mejor que otros que, sin conocerlos, los juzgan; pero no como se juzga a quien no es enemigo, sino todo lo contrario, como si estuviésemos frente a alguien que habría que destruir y eliminar del mundo por no pensar como nosotros. No estoy exagerando, sólo tenemos que mirar a nuestro alrededor para ver como en el seno de las propias familias, de pandillas de amigos, de pueblos, de territorios, sus miembros se enfrentan sin tregua, cuando la política, por error, es la protagonista de la historia. Algún día publicaré mensajes que recibo acusándome los de izquierda de facha y los de derecha de rojo, por los mismos artículos. ¿Cómo se come esto?.
“No estoy exagerando, sólo tenemos que mirar a nuestro alrededor para ver como en el seno de las propias familias, de pandillas de amigos, de pueblos, de territorios, sus miembros se enfrentan sin tregua, cuando la política, por error, es la protagonista de la historia.”lllll
Eso es lo que quieren los políticos, la confrontación. En nuestro país es la razón de su existencia. Tenerla montada a todas horas. Siempre repito lo mismo, porque es así, a mar revuelto…
Estamos ante un partido tocado, como en su día estuvo el PSOE cuando la corrupción galopaba a sus anchas en las altas jerarquías del partido; pero insisto, para sacar pecho hay que estar limpio, yo diría inmaculado, tanto a nivel de partido como a nivel de despacho oficial y personal. Claro que, no todo es equiparable y, por lo tanto, ningún partido esta a las alturas en cuanto a la corrupción se refiere de los dos que conforman el bipartidismo hegemónico que ha venido gobernando este país, aunque sólo sea por los casos juzgados y condenados, cuyo ranking encabeza el PP, pero no a mucha distancia seguidos de su oponente histórico, al menos de cara a la galería.
Pero también es justo que, igual que en su día se hablaba y se pregonó a diestro y siniestro por el PP de la herencia recibida de Zapatero, ahora es el momento de hablar de la herencia recibida de Aznar y no me refiero a la gran explosión de su burbuja inmobiliaria que nos ha dejado a los más débiles dentro del sistema temblando tras la crisis económica provocada en gran medida, en nuestro país, por los prestamos inmobiliarios y otros productos bancarios poco transparentes y con clausulas abusivas sobre los clientes; me refiero a la mierda dejada tras de si.
Zaplana es el último de los miembros de los gabinetes de José María Aznar detenido en un caso de corrupción, después de Rodrigo Rato y Jaume Matas, que ya fueron condenados. Es el decimotercer ministro de los diferentes gabinetes de Aznar que han terminado sus carreras políticas salpicados por la corrupción. Se dice bien, 13 ministros, un gabinete completo, algo inaudito, pero real.
Un Partido cuyo apellido esta siendo sustituido por algunos, pasando de popular a podrido, lo que, si bien le permite mantener si alterar sus iniciales, sin embargo, se hace necesario una auténtica renovación política en su interior y, por supuesto, la dignidad de la dimisión de un presidente beneficiario de una caja B que, además es incapaz de solucionar los problemas actuales que ensombrecen el panorama político.
Muy de acuerdo Feliciano. Gracias por esta lección de honestidad.