Las ansias de poder de nuestros gobernantes no tiene límites, tal ha sido el pacto entre el PP, C´s y Vox para hacerse con el gobierno de Andalucía.
El bloque de la derecha ya ha sufrido su primera fractura antes de la sesión de investidura a favor de Juan Manuel Moreno del PP, consecuencia de la oposición de Vox que, como todos sabemos, retirará su apoyo si no se retiran algunas medidas contra la violencia machista; aunque, está por ver, si este partido de ultraderecha mantiene sus amenazas hasta el final en su oposición a las ayudas contra la violencia de género que habían pactado los otros dos partidos, o si bien éstos sucumben a las condiciones de Vox. Cualquier cosa es posible cuando de lo que se trata es de hacerse con el poder en la Comunidad Autónoma de Andalucía.
El pacto de gobernabilidad entre estas tres formaciones políticas no deja de ser un adelanto de lo que puede pasar en el resto del país ante las próximas elecciones generales. Es decir, un auge de la derecha cuyo vagón de cola representado por el Partido de Santiago Abascal tendrá la llave en su mano respecto a que la balanza se incline hacia la derecha o hacia la izquierda en la gobernabilidad del Estado.
El pacto de gobernabilidad entre estas tres formaciones políticas no deja de ser un adelanto de lo que puede pasar en el resto del país ante las próximas elecciones generales.
Resulta inasumible que ante el panorama que tenemos en España en relación con el gran número de víctimas consecuencia de la violencia de género que han perdido sus vidas a manos de parejas o ex parejas, amen de quienes sufren y no la denuncian que, un partido que se autodenomina democrático, pero que todos sabemos representa la derecha más rancia, herederos del Franquismo, se oponga a cualquier medida que sirva para proteger a las citadas víctimas que, dicho sea de paso, siempre serán pocas para terminar con esta lacra social.
Inasumible, pero también vergonzoso que este partido amante del franquismo y de lo que éste representó, manifieste en boca del líder de la citada formación en Andalucía, que: “En política social todos siguen, con sumisión lanar, los mandamientos de la dictadura de género. ¿Dónde está el cambio?“. Pero más aún que, los otros dos partidos, puedan haber pactado con esta formación que, dicho sea de paso, ha contado con el apoyo masivo de los votantes del PP y C´s.
Todos nos lleva a pensar a los más suspicaces que esto podía estar orquestado de antemano para buscar una solución intermedia como podría ser una eventual modificación de la normativa autonómica contra la violencia de género, una vez se hiciesen con el gobierno, pues no debemos descartar la política o, al menos, el sentimiento patriarcal de los votantes tanto el PP como C´s en relación a este tipo de violencia.
Sea como fuere, todo tiene un límite que se ha sobrepasado con el acuerdo inicialmente alcanzado por parte del PP y C´s con Vox, pues supone una manifestación clara de hacerse con el poder a cualquier precio que, en fechas futuras veremos si se mantiene o no, o si habrá algún tipo de cesión en sus pretensiones por parte de aquellos, lo que les convertiría en fariseos disfrazados de patriotas. Eso sí, de patriotas a la antigua usanza.
Vamos, una vergüenza elevada a la enésima potencia que para muchos estaría dejando ver la verdadera cara de la derecha española. Una derecha de camisas azules y saludo fascista.
Tomando prestado los versos de Gustavo Aldolfo Bécquer “volverán las oscuras golondrinas…”, en nuestro caso el oscuro aguilucho en sus balcones el nido a colgar.