LA RISA DEL SOLITARIO POBRE

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Miércoles, 11 de septiembre de 2019

© Antolín Pulido. Portada (vista parcial) del Libro del autor “La memoria de los Nadie. Dos”

Espero que las melancolías mañaneras sean benévolas con el abajo
firmante y se me tranquilice la ulcera inquieta, que me avisa
siempre de los límites que sobrepaso.

La risa vacilante del solitario casi nunca acaricia las paredes del
refugio eremita.


Tengo ulceras avisadoras, soledades, melancolías. Como puedo
tener tanto siendo tan pobre.


Tengo catorces de abriles en mariposas de acero tricolor, que
esparcen aromas revolucionarios cuando las aprieto en mi mano y
alzo en brindis mi puño al viento.


Tengo versos y huesos en cunetas, que apuntalan las razones del
conocimiento de una lógica que se asientan en axiomas vivenciales
y ajenos para luchas cotidianas y universales.


Tengo contiendas pendientes, que armonizan las evidencias de
injusticias ancestrales y discordancias de última hora.


Tengo casi los mismos propósitos batalladores y taras de viejas
heridas de guerras que pasaron al olvido en tres pases del noticiero.
Tengo llagas supurantes de remates inconclusos, y algunas
cicatrices de balas y metrallas que no quisieron matarme.


Tengo gritos de resistencia y de no pasaran, tierra de nadie y de amo
difuso, donde fusil en mano, luchar a pecho abierto y a rabia
razonada.


Tengo resolución consciente de que las guerras con flores son más
aromáticas, pero la sangre es inevitable para reventar cadenas de
colorines.Tengo un machete abridor de caminos en selvas verdosas y también urbanitas, donde a puros zarpazos acondicionan el tránsito de los
desheredados.



Tengo balas nominales con direcciones precisas para castradores
con firma, otras con indicaciones de perfiles asesinos y de otros que
se agazapan detrás de las estadísticas.


Tengo guillotinas para las manos invisibles que manipulan
economías, estados y opiniones con globalizadas barbaries.


Tengo tantas cosas, aunque tenga los bolsillos vacíos, las manos
temblonas, algún alma canosa de uso restringido, y una soledad que
hay veces que grita demasiado.


Fuera de afuera, creo que hay un invierno que se está desplegando.
Dentro de adentro, sigue la puta úlcera reivindicando una
tranquilidad y un sosiego que no llego a adquirir.


Detrás de atrás, queda un pasado que intento, con los recuerdos
selectivos, que no sea tan doloroso y punzante.


Delante de enfrente, hay una ventana rociada de polvo y de
cicatrices de años que sólo deja entrar la luz vieja.


Arriba de a lo alto, hay nubes sin desbravar y un cielo vacío de
dioses y de azules.


Debajo de abajo, sólo tierra maldita, húmeda de sudores de
labradores pobres y piedras analfabetas que nunca harán barricadas.


Alrededor de lo circundante, huestes de sumisos serviles contentos
de comer de la basura de los amos.


Hoy hay un ahora que no me reconforta ni el ánimo ni los dolores
de las luchas pasadas. No llego a maldecir el tiempo sufrido, pero
podría renegar de gran parte de mis congéneres. Bípedos llorones,
cobardicas, egoístas y serviles con la mano que los azota. Esquiroles
de resignación autoimpuesta, y escondederos en los huecos de
frases hechas para razones inexistentes. Regaladores de tiempo al
circo de los mandantes, abanderados feroces de la incultura, que
nunca lucharían por la humanidad pero matarían por un club
deportivo. Foráneos xenófobos rebosantes de su propia ignorancia,
haciendo apología del analfabetismo y sabedores de las frases de
publicidad barata para chistes misóginos y patéticos. Exhiben sin
pudor su ineptitud que ellos perciben como virtudes, y se envuelven
en risas rancias y casposas.


Creo que por el momento con esto, he logrado calmar la punzante
ulcera y puedo seguir escribiendo.

Texto del libro del autor: “La memoria de los Nadie. Dos”

Las heridas no se curan, sólo se cubren con
cicatrices y esperan a que el tiempo tape la memoria.- Antolín Pulido

 

Declaración de principios de un nadie. Mi compromiso siempre ha sido con la acción y la coherencia, con la creatividad y la justicia social. Nunca fue con el arte. El artisterío pequeño burgués, jamás me importó una mierda y si le tuve algún interés…, siempre fue para combatirlo. 

Tengo una firma humilde, que siempre cuelgo libre como mis libros e ideas.

Para quien no tenga plata, puede descargar gratis mis libros. También los tengo editados en papel, son baratitos, los mando personalmente dedicados y con regalos republicanos.

Mis creaciones, siempre han intentado tener un fin didáctico o pedagógico y por supuesto ideológico y ético. 

Siempre desde la autogestión. Siempre desde la libertad que da ser un indigente. Pobre de monetario y de salud, pero librepensador.  Creador de ideas y acciones. 

Mis textos siempre los escribo todos de un tirón, nunca repaso, nuca corrijo estilo, ni faltas.  Pido disculpas a quien le haga daño mi ortografía de persona impetuosa en la escritura y en las reflexiones. 

Sin más armas que mis manos y algo de sabiduría prestada por mis nadies caídos en combate, sigo en la lucha. El autor.

libros del autor: https://antolin-pulido.webnode.es

 

 

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