…Fue Ginés de Chacón el primero que, sacando su chaira de la roja faja ceñida a su cintura y clavándola sobre la mesa dijo con voz rotunda….
-Yo tiro para el monte… amigos el que me quiera seguir, que me siga….
Al instante tres bardeos más se clavaron en torno al suyo, formando una cruz de afilado acero que jamás se disolvería….Jacinto de Vargas, Benito el tuerto, Andrés el cara de niño y el propio Gines, juraron justa venganza contra aquellos invasores Franceses que tanto daño les habían hecho….
“…Y en la venta del Alma,
los cuatro amigos,
han jurado venganza,
al enemigo…..”
Días antes un grupo de Dragones, sable en mano, a las ordenes de un tal teniente Le Clerc, habían entrado en la aldeíta de Los Cármenes y bajo falsas acusaciones habían colgado a tres de los mejores hombres de aquel pueblo, al alcalde, a don Jesús el boticario y al bueno y noble de Eleuterio el herrero, allí quedaron, colgados de una encina, movidos por la brisa de la tarde….Después, y no contentos con eso, echaron a la calle a todas mujeres, obligándolas a hacer cosas tan inmombrales que muchas de ellas después dieránse muerte por propia dignidad……
“Los dragones franceses,
como diablos,
Los Cármenes dejaron,
Ensangrentado”…..
Cuando los cuatro amigos llegaron a su pueblito dos días después, de vuelta de la Feria de Ganado de Herreruela, se encontraron con aquellas horribles estampas de muerte y dolor…..hasta la luna lloraba lágrimas de estrella…..
“La luna blanca plata,
de sol lloraba,
de inocentes la sangre,
ya derramada”…..
Alcanzaron al grupo de Franceses formado por veinte hombres en el cruce de caminos de San Martín y allí les tendieron una emboscada…..Sólo eran cuatro hombres, más como de un milagro, parecían cuatrocientos…..Cayeron los dragones uno tras otro, comiendo el polvo de camino y cayendo al infierno directamente…..Algunos se rindieron más los ojos de venganza que ya no entendían de piedad degollaron uno por uno a los asesinos, después clavaron sus cadáveres en estacas y allí los dejaron……buitres a los buitres……Le Clerc había huído…..
“San Martín de caminos,
obró el milagro,
de cuatro a cuatrocientos,
cuchillo en mano”……
El juramento se ha hecho…..los cuatro amigos tiran al monte jurando buscar a Le Clerc hasta después de muertos y hacer justa venganza….
Con la noche como aliada los cuatro amigos montan en sus caballos y parten hasta la Cueva del Viento, el lugar que desde ahora será su casa, un sitio sólo conocido por ellos, allá en la parte más alta de la sierra, donde siempre sopla el viento y el águila real siempre vigila……
“De la cueva del viento,
hacen su casa,
esperando algún día,
justa venganza”……
El ejército francés en los meses siguientes mandó innumerables tropas a la Sierra de la Morena intentando localizar y dar caza y muerte a aquellos que habían humillado a las tropas de Napoleón más, brigada que subía al monte, brigada que jamás bajaba….encontrándose después los cadáveres siempre en el mismo sitio: El cruce de caminos de San Martín….
“La cruz de las navajas,
seguía viva,
haciendo de los cuatro,
legión cumplida”……
Y un día, llegó lo esperado…..el General mandó a la Sierra un Regimiento de unos cincuenta hombres, todos ellos muy bien armados y al mando del ahora, comandante Le Clerc……Hasta las montañas se conjuraron contra ellos….
“De morena los montes,
de aquella sierra,
lanzaron al gabacho,
toda su afrenta,
y con rayos y truenos,
los recibieron,
haciendo de su paso,
andar de viejo..:”….
La noche se echó encima y el regimiento tuvo que pasar la noche al raso…..
Los cuatro amigos, alzaron sus navajas hasta la luna, haciéndolas brillar tanto que diríase que eran de luz y no de noble acero toledano, y descendieron con el silente paso del lobo hasta el maltrecho campamento francés……..
“De entre la noche madre,
navaja en mano,
han llegado los lobos,
los cuatro hermanos….”.
Nadie escuchó nada en aquella madrugada de perros….únicamente cuando el joven corneta del regimiento, al alba salió de la tienda para despertar con su toque al resto, se encontró desnudo, muerto, desmembrado y con los ojos abiertos y aún llenos de terror al comandante Le clerc……Un grupo de soldados pronto formaron un círculo en torno suyo…..Había sido devorado aparentemente por un grupo de lobos…..
Desde aquel día ningún francés más subió a aquellas sierras de Dios…..
Y los cuatro juramentados desde la Cueva del Viento, siguen alzando sus armas a la luz de la luna protegiendo aún en día a todas aquellas buenas gentes que cruzan por los riscos y campos de la Morena Sierra.
” Y en las noches de agosto,
allá en la cueva,fjfff
cuentan sus penas…”