Parece sabido que oscuridad es sólo ausencia de luz y que frio no es más que ausencia de calor; ¿será también la entropía ausencia de orden, la fealdad ausencia de armonía y simetría…,el mal ausencia de bien?
Pero lo que a mi me preocupa no es si lo anterior es pura tautología, lo que de verdad me inquieta es que en lo anterior, o sea en “la Ley de los contrarios, los anversos, los opuestos…” se pueda meter “la patita del lobo manchada de harina”…; es decir, una cosa es la apariencia y otra muy distinta la realidad. Porque partiendo de la base de que: “ni siquiera sabemos que no sabemos nada”, molestarnos en discurrir, pensar, elucubrar…sería absurdo; ya que carecemos de experiencia y datos de verdad fehacientes (los que poseemos son demostrados según nuestra lógica; ¿pero nuestra lógica es la realidad).
Por esa razón, no creo razonada, ni razonablemente…que esté demostrada la no existencia de la oscuridad, el frio, la entropía, la fealdad o el mal, ni de cualquier otro positivo o negativo; sólo como ausencia de sus contrarios. Aún así quiero convencerme por mera conveniencia (fruto este “convencimiento” de mi intuición o imaginación, no de mi cortita razón) de que, en realidad de la buena, esos contrarios sólo encuentran su relativa existencia en negativo; es decir en aquel lugar no real o de mentira donde las cosas se dan como negación de lo ya dado.
Sin embargo esa razón a la que aludía me dice lo siguiente:
+ m/t (tengo una manzana en la mano ahora) = + e (existencia); – m/t (no tengo una manzana en la mano ahora) = – e (¡¿no existencia?!… Uff, no lo tengo tan claro con el tiempo 0).
En ese caso (y sustitúyase el tiempo “t” por 0 o por un valor relativo y segmentario), si me estoy comiendo la manzana en segmentos de tiempo (ya que el tiempo sólo existe si me paro a medirlo, de lo contrario es infinitamente divisible y por ende inexistente en el “presente relativo”), ¿cuándo puedo estar segura de que la manzana está absolutamente fuera de mí o en mi interior? Sí, a mi manera de nuevo, la dichosa aporía de Zenon.
Me temo que nunca podremos estar seguros de nada en este mundo por más que tratemos de teorizar, razonar, medir, contar…; no por eso dejo de admirar ardientemente a los científicos y a su ciencia, es más, me da sana envidia no poder tener una mente tan brillante como la de ellos (para mi próxima vida me la pido). Siendo eso así, tengo mis quizás:
- Quizás en un tiempo relativo hayan llegado relativamente a la luna y a Marte.
- Quizás hayan puesto un gran telescopio en orbita u otros terrestres se hayan sincronizado para hacerlos mirar hacía el borde de un “agujero negro”.
- Quizás con sus formulas matemáticas aplicadas a la física teórica y después con sus aceleradores de partículas aplicados a la física experimental, parezcan demostrar muchas cosas…
Pero, ¿y estos otros quizás?:
- Quizás nada sea absoluto o real en su ser, verdad, tangible, tautológico; sino que la única verdad-realidad sea que todo es relativo a nuestra percepción.
- Quizás, como digo yo después de que me lo enseñó Sócrates a través de Platón: ni siquiera sé que no sé nada.
- Quizás, como dijo el gran dramaturgo “la vida es sueño y los sueños, sueños son”.
Lo único cierto, de forma filosóficamente razonada, es que en el infinitamente divisible “tiempo presente” nada se puede demostrar de forma absoluta, porque el presente es relativo y, si no puedo demostrar en presente, eso me lleva a la irrealidad, a la no existencia, la vacuidad absoluta de ser, la quimera…a conformarme con lo menos malo y tomar intuitivamente como cierta a una probabilidad muy alta.
¿Cómo puedo estar segura de que tecleo en este bonito y regalado ordenador, en este “instante que se me escapa”, de que, vertiendo mis inquietudes a través de mi energía que recogen estos circuitos electrónicos con su energía, su código y mi código, se emite la comunicación?
¿Cómo, tú, lector, que aguantaste hasta aquí semejante rollo, puedes estar seguro de que estás leyendo algo que yo escribí en un segmento de tiempo para que lo leas en otro que se está “produciendo en el absoluto ahora”?; y si estás seguro de corazón o corazonada de que así es, ¿qué conecta a esos dos segmentos…de tiempo y espacio que nos comunica?
Finalmente, a los interrogantes anteriores contesto a lo gallego con otra pregunta: ¿Tal vez lo REAL SEA la nada o quizás el TODO?….SÍ, NUEVAMENTE LA LEY DE LOS CONTRARIOS.
Llevo intentando explicar desde hace más años de los que recuerdo, aunque la mayoría me miran raro, que las percepciones visuales no tienen por qué ser idénticas aunque se definan igual. Ejemplo: cuando veo rojo, y lo digo, y el otro dice rojo, no tenemos la seguridad de que estemos percibiendo el mismo color, simplemente nuestra educación identifica como rojo lo que vemos en ese momento, pero él puede estar viendo lo que yo definiría como azul. Nuestros sentidos analizan nuestro entorno y nos proporcionan algo que nosotros definimos para comunicarnos, pero ni percibimos la experiencia directamente, ni la compartimos tal como la percibimos.
Hola, Rafael.
No había visto este comentario. Sí, efectivamente todo cuanto percibimos nos conduce a una especie de “solisipmo” cuando lo razonamos. A mí de pequeña me aterraba esta idea, me hacía sentir una soledad inmensa…no sé si lo he superado del todo.; Pero ayuda muchísimo saber que otros también tienen las mismas vivencias…muchas gracias.
Apasionante la ley de los opuestos.
Es uno de mis temas favoritos, en la actualidad.
Mi ‘percepción’ esta influenciada constantemente por esa percepción dual.
Es más, navego continuamente de un opuesto a otro, de un extremo a otro, y siento en mí, las tensiones perceptivas diferentes, según me acerque a uno u otro extremos.
En fin, cosas de la vida finita.
Apasionantes tus artículos Catalina.
Muchas gracias, Rafael. A ver para cuándo tus versos…
Anímate a publicar!!! Poeta.