La guasa de Rajoy cuando es interpelado por las Cámaras de las Cortes Generales, por el Congreso de los Diputados y el Senado, parece ser que a los únicos que satisface es a su propios correligionarios, al resto nos parece una auténtica burla a los ciudadanos allí representados,
pero, la cosa aún se agrava más, cuando las preguntas en la sala de prensa de ambas instituciones son respondidas con un sarcasmo, cuya habitualidad, le están convirtiendo, si es que no lo han hecho ya, en un bufón de corte, irrespetuoso con la libertad de prensa, al ser tratado los medios de diferente manera según de donde venga la pregunta.
Bufón, al que parece habérsele olvidado que su trabajo es ser presidente de todos los españoles, le hayan votado o no, y con la obligación de dar respuestas serias y transparentes, pero sobre todo respetuosas, para eso gana el sueldo que gana, muy encima del 30% de los asalariados españoles que cobra menos de 1.221,1 euros brutos al mes, 4,7 millones de los 14.232.800 trabajadores, y que 2,9 millones de ellos ganó por debajo de 972,8 euros mensuales brutos.
Estamos ante una actitud torticera que no se puede permitir al que se considera el máximo representante de la soberanía nacional, aunque su legitimidad este cuestionada por muchos por la forma en que ha accedido al puesto representativo que ocupa, porque además de los votos de su propio partido, insuficientes para su investidura, contó con los votos de quienes son considerados como la marca blanca del Partido Popular, pero sobre todo, por la abstención incomprensible del principal partido de la oposición, el PSOE, al que sus militantes parecen haber metido en vereda tras las últimas primarias, con un giro a la izquierda inusual, al menos esas han sido las promesas de quien ha vuelto a ser elegido después de la traición de los barones del partido, así como por la viaja guardia que se resiste a dejar los puestos de privilegio que ocupan dentro de aquel.
“Estamos ante una actitud torticera que no se puede permitir al que se considera el máximo representante de la soberanía nacional, aunque su legitimidad este cuestionada por muchos por la forma en que ha accedido al puesto que ocupa”
Pero, lo dicho, no es novedad para la mayoría de los españoles, la cual viene representada por quienes votaron a otras formaciones políticas, y por aquellos que, decidieron abstenerse de ejercer su derecho al voto, por disconformidad con un sistema que, lejos de poder ser considerado democrático, se ha convertido en un sistema neofascista, donde la voz de los ciudadanos cada vez es menos escuchada en pro de un interés general, cuando realmente sólo lo es por el interés de unos pocos, y a los que sólo se tiene en consideración con promesas incumplidas en la mayoría de las ocasiones, en el momento de ir a votar. Mayoría, decíamos, hartos de aguantar las respuestas y el comportamiento antidemocrático de aquel bufón, pero que, por falta de unión de los partidos, en su conjunto más votados, situados a la izquierda; unas veces por el ego de sus líderes y otras por la desconfianza hacia una izquierda radicalizada; están colaborando con esta historia interminable de caciques y corruptos.
Es por ello que, sólo caben dos opciones, que el PSOE y PODEMOS se entiendan, o seguir aguantando esta forma antidemocrática de ejercer el poder por una derecha que, cada vez, nos recuerda más épocas pasadas en las cosas se hacían a la fuerza, o “por cojones”, perdonen la expresión. Porque, cuando alguien no tiene vergüenza, como en este caso Rajoy, no podemos pretender que responda con argumentos a algo que no los tiene, como es su forma de gobernar tolerante con la corrupción y con un sistema económico que lo único que ha demostrado es que los ricos cada vez lo son más, mientras que los pobres, ni siquiera, tienen para kleenex.