No hace mucho tiempo un buen amigo me dijo algo que me hizo pensar, como siempre he dicho si lo complejo se explica con palabras sencillas puede aportarte más. Me dijo que la ley no era suficiente con que existiera, sino que haba que hacerla fuerte. En el contexto en donde estábamos lo entendí rápidamente.
No basta con que la ley diga que tienes derecho a comer, es que tienes que comer para tener ese derecho y hacerlo fuerte. Dicho en otras palabras, de nada sirven las leyes si no las utilizamos en tiempo y en forma. En Andalucía eso no es nada sencillo. Parece como si aquel dicho popular se hiciera realidad “el que hace la ley, hace la trampa”. De nada sirve tener leyes muy avanzadas si luego no se dan los medios para hacerlas viables y aplicarla en tiempo y en forma. Al menos, en la ciudad de mi mágica Sevilla, la defensa de los derechos laborales se ha convertido en un western de aquellos en donde la ley era la del más hábil con el revólver. Por seguir el silogismo en Sevilla aquí la ley la marca el más deshonesto. Pienso que así las cosas, Sevilla podría denominarse Sevilla City en memoria de aquellos pueblos pioneros americanos.
Pongamos por caso que un trabajador cuyo sueldo llega a los 900 e y poco menos, se plantea denunciar a su empresa. 900 e brutos, o lo que es lo mismo 500 mondos y lirondos descontando gastos corrientes. Para empezar, ha de buscar un abogado, ya que uno de oficio por la abultada nomina de poco menos de 900 , dudo que le asignen la asistencia jurídica gratuita.
A partir de este momento comienza la historia interminable.
LA HISTORIA INTERMINABLE
Supongamos que consiga reunir los 300 e que legítimamente cobra un abogado en concepto de provisión de fondos. Se inicia con el acto de conciliación al que rara vez acude la empresa en cuestión. Tras no haber acuerdo se pasa a la denuncia del despido. Denuncia que no se será atendida hasta muchos meses después con la fecha de celebración del juicio años más tarde, 2, 3 ,4 años y puede que hasta más tiempo.
En ese tiempo la empresa si perversa pero práctica , habrá desaparecido, teniéndose que hacer cargo el pueblo español de los gastos de lo que el juez considere, en nuestro caso el Fondo de garantía salarial (Fogasa). De esta forma la empresa perversa le da lo mismo pagar sueldos míseros porque al final no va a pagar nada, lo haremos nosotros con nuestros impuestos ya que será lo bastante listo como para hacer desaparecer cuentas y bienes a nombre de la empresa.
Pero aún hay más. Todo ello se une a un cuerpo de inspección de trabajo ineficaz o insuficiente y a unos juzgados de lo social totalmente colapsados. Es decir, “QUIEN HIZO LA LEY HIZO LA TRAMPA”. Una ley justa que protege, pero ineficaz por completo, ya que la justicia en su lentitud de procedimiento es tan injusta como injusto es el derecho del trabajador de ser atendido por la misma.
Hay empresas por llamarlas de alguna manera, que no lo son, ya que los dueños no son empresarios sino propietarios y esas empresas tampoco lo son, son chiringos. Ante este panorama un trabajador despedido que ve todo esto y que no tiene medios para denunciar el chiringo en donde trabajaba, no puede ejercitar su derecho. Es decir, la justicia no es universal y gratuita, es para quien puede pagarla. Más dinero, mejor justicia.
Esas empresas en verdad obedecen a este principio de indigencia y pobreza laboral, acumulando juicios, embargos y sanciones fiscales. Aún así, nadie se pregunta cómo es posible su cierre y apertura de otra nueva con tantas causas pendientes. Algo no va bien en todo esto. Aunque cambien de Cif.
Hoy en día, sus trabajadores han conseguido algunas condiciones laborales superiores a los 4 euros la hora que se pagaban. Ya el sueldo es el legalmente establecido. Porque con anterioridad ni vacaciones, ni las pidieras. Tampoco anticipos porque estabas en la calle.
El hechizo de lo trivial.
Según la constitución española que casi nadie respeta en su artículo 35 se lee:
Artículo 35. Todos los españoles tienen el deber de trabajar y el derecho al trabajo, a la libre elección de profesión u oficio, a la promoción a través del trabajo y a una remuneración suficiente para satisfacer sus necesidades y las de su familia, sin que en ningún caso pueda hacerse discriminación por razón de sexo.
Esto no solo no se cumple, sino que se menoscaba la dignidad del trabajador como ser humano. Lo que nos lleva a una triste realidad, ¿para qué denunciar a la empresa, si mi problema exige una solución a corto plazo? De este modo, lo que es una situación delictiva y anómala se le da visos de normalización cotidiana laboral. Con lo que no se denuncia por falta de medios y por falta de justicia. ¿Cómo hacer fuerte la ley?, si quien hizo la ley hizo la trampa para no aplicarla.
Con todo ello, no quiero generalizar, hay empresas que son eso, empresas en donde lo que les confiere valor es el trabajador, el factor humano, contribuyendo a reunir recursos para su formación y su cualificación profesional. Empresas andaluzas en donde la dignidad de la persona está por encima de la producción. Eso es una empresa.
Jornadas de 12 horas, ausencia de vacaciones, rogar anticipos como si se pidieran limosnas, no justificar despidos debidamente, ausencia del pago de bajas médicas. Son conquistan que se han hecho muy recientemente en el chiringo arriba citado y lo que es peor con el consentimiento y protección de la empresa contratante LFA ESPAÑA. Durante años se han permitido jornadas de 12 horas estando los trabajadores contratados 4. Conquistas inspiradas por la lógica y por la presión. ¿Donde se mete inspección de trabajo? ¿Salen alguna vez de sus oficinas en la Plaza de España sevillana. ¿Hay suficientes inspectores para parar a esta panda de presuntos delincuentes?
Las preguntas si no se responden van surgiendo más.