► «La lectura de las historias también conduce no poco al adorno del alma y la mente del hombre, un estudio de todos los hombres encomendados: por ella se ven y se conocen las artes y obras de infinitos sabios que nos precedieron frente a las historias. Contenía infinitos ejemplos de todas las virtudes heroicas que había que seguir, y horribles ejemplos de vicios que había que evitar.
Hay también muchas otras artes que embellecen la mente del hombre: pero de todas las demás ninguna la adorna y embellece más que aquellas artes que se llaman Matemáticas. A cuyo conocimiento ningún hombre puede llegar sin el perfecto conocimiento e instrucción de los principios, fundamentos y elementos de la geometría».
— John DEE. Prefacio de la primera impresión en inglés (Londres, 1570) de Los Elementos de Euclides.
John DEE (1527–1608) fue un egregio matemático que ejerció, con admirable versatilidad, múltiples habilidades como astrónomo, astrólogo, ocultista, alquimista, adivino, mago, navegante,…, y consejero real. Y dedicó, además, gran parte de su vida al estudio de la filosofía hermética.
Brillante estudiante en el St. John’s College de Cambridge de 1542 a 1546, las eminentes cualidades de John DEE fueron muy reconocidas, al ser nombrado en 1546, miembro fundador del Trinity College, donde los efectos de la aguda escenificación que realizó para una producción de “La Paz” de Aristófanes le procuraron una reputación de mago excepcional, de la que disfrutó a lo largo de toda su vida.
Durante los últimos años de la década de 1540 y los primeros de la de 1550, John DEE viajó por toda Europa, y estudió en Lovaina (1548) y Bruselas. Con menos de veinte años fue invitado a disertar sobre Álgebra avanzada en la Universidad de París. Conoció a numerosos científicos y matemáticos, en particular trabajó con el famoso pionero algebrista italiano Gerolamo Cardano e intimó con el cartógrafo Gerardus Mercator, regresando a Inglaterra con una importante colección de instrumentos matemáticos y astronómicos.
John DEE fue amigo también del conocido astrónomo danés Tycho Brahe y estuvo familiarizado con el trabajo de Nicolás Copérnico. Muchos de sus cálculos astronómicos estuvieron basados en hipótesis copernicanas, aunque nunca adoptó abiertamente la teoría heliocéntrica.
En 1554 a John DEE se le ofreció el cargo de Profesor de Matemáticas en Oxford, que declinó aduciendo que las universidades inglesas habían ponderado la Retórica, la Gramática y la Lógica, que conformaban el Trivium académico, en detrimento de la Filosofía y la Ciencia, es decir, el más avanzado Quadrivium matemático, compuesto de la Aritmética, la Geometría, la Música y la Astronomía, lo que estimaba como agraviante y anacrónico.
Ardiente promotor de las Matemáticas y la Astronomía, las ciencias de la navegación y la Cartografía, John DEE se convirtió en un destacado experto en navegación que sirvió como asesor y encargado de adiestrar a muchos de los que llevarían a cabo los famosos viajes ingleses de descubrimiento marítimo.
John DEE incursionó en los mundos de la ciencia. Al ser uno de los hombres más eruditos de su época, a lo largo de su vida acumuló la biblioteca más grande de Inglaterra y una de las más grandes de Europa.
De forma simultánea a estos esfuerzos, John DEE profundizó en los mundos de la magia, la astrología y la filosofía hermética. Dedicó mucho tiempo y esfuerzo en los últimos treinta años de su vida a tratar de comunicarse con los ángeles a fin de aprender el lenguaje universal de la creación y lograr la unidad preapocalíptica de la humanidad. Como estudioso del neoplatonismo renacentista de Marsilio Ficino, John DEE no hizo distinciones entre su investigación matemática y su estudio de la magia hermética, la invocación de los ángeles y la adivinación. Consideró, más bien, que todas sus actividades constituían diferentes facetas de la misma búsqueda: la indagación de una comprensión trascendente de las formas divinas que subyacen al mundo visible que llamó “verdades puras“.
John DEE fue un cristiano intensamente piadoso, pero su cristianismo estaba influido en profundidad por el hermetismo y las doctrinas platónico-pitagóricas que impregnaron el Renacimiento. Sostenía la filosofía pitagórica de que los números eran la base de todas las cosas y la llave del conocimiento, de donde deducía que la creación de Dios fue un acto de numeración. Al partir del hermetismo, John DEE extrajo la creencia de que el hombre tenía el potencial del poder divino, y pensaba que dicho poder podría ser ejercitado a través de las matemáticas. Su magia angélica y cabalística, era fuertemente numerológica, y su trabajo en matemática práctica (en la navegación, por ejemplo) era simplemente la variante extrema y mundana del mismo espectro matemático, no la actividad contrapuesta que otros podrían considerar. Su objetivo final era ayudar a configurar una religión universal unificada a través de la superación de la brecha existente entre la iglesia católica y la protestante y la recuperación de la teología pura de la antigüedad.
☻ EL “PREFACIO MATEMÁTICO” DE JOHN DEE A LA PRIMERA VERSIÓN INGLESA DE “LOS ELEMENTOS” DE EUCLIDES de HENRY BILLINGSLEY
John DEE Publicó en 1570 un “Prefacio matemático” a la traducción inglesa de Henry Billingsley de una de las obras cumbres de la matemática universal: “Los Elementos” de Euclides (que él mismo editó y según algunos críticos a él se debería parte de la traducción).
En el “Mathematical Preface” de John DEE que antecede a la versión vernácula inglesa de Billinsgsley de 1570, el autor asegura que las contribuciones de los matemáticos modernos que han bebido en las fuentes euclídeas pueden compararse a las de los clásicos. Pero si Maurólico y Commandino destacaban de las Matemáticas ante todo el valor demostrativo apodíctico como ars disserendi, John DEE pondera, por encima de cualquier otro valor, las capacidades heurísticas como ars inveniendi, tan útiles a las múltiples aplicaciones prácticas de las Matemáticas, como la ingeniería, la construcción, la astronomía, la cartografía, la navegación, el comercio, la tributación, etc.
Aquí aparece una de las proclamas históricas más famosas sobre el valor de las Matemáticas, que argumenta la importancia central de la Geometría y la Aritmética y esboza su trascendental influencia sobre todas las otras artes y ciencias. Destinado a un público externo a las universidades, resultó ser la obra de John DEE muy influyente y ampliamente reproducida.
John DEE creía que las Matemáticas (que entendía de forma mística) eran fundamentales para el progreso del aprendizaje humano. De ahí su vasta promoción que hizo fuera de las universidades, y que resultó un logro práctico perdurable. El “Prefacio matemático” a “Los Elementos” de Euclides tuvo la intención de promover el estudio y aplicación de las Matemáticas a aquellos que carecían de una educación universitaria, y fue muy popular e influyente entre los “mecanicistas“, la nueva y creciente clase de especialistas técnicos y artesanos. El “Prefacio” de John DEE incluía demostraciones de los principios matemáticos que los lectores podrían realizar por sí mismos sin especial educación ni entrenamiento matemático previo.
En este periodo en el que las Matemáticas todavía se contemplaban con cierta desconfianza e incluso desdén por los alumnos, era práctica habitual, para muchos autores de textos matemáticos, prologar sus obras con algún tipo de justificación que hiciera hincapié en la utilidad e incluso ilustrar la temática con algunos ejercicios. El “Prefacio matemático” de John DEE contiene copiosas notas y material complementario que cubren esta finalidad, pero es ante todo un largo ensayo sobre Filosofía de las Matemáticas, que constituye una obra maestra de la erudición científica.
John DEE expone toda la gama de las ciencias matemáticas renacentistas y enumera y describe una extraordinaria larga lista de las artes, pero no realiza una mera recopilación. Crea una especie de panteón matemático y acuña sus propios neologismos para identificar temas y elevarlos a la categoría de artes y ciencias independientes en una expansión que proliferaba de forma intelectualmente ordenada. En las propias palabras de John DEE:
- «Mapping mathematical studies for the future, a kind of system of the sciences based on math».
- «Cartografía de estudios matemáticos para el futuro, una especie de sistema de las ciencias basado en las matemáticas».
El “Mathematical Preface” del mago matemático del Renacimiento John DEE es una de las mejores creaciones de las Matemáticas renacentistas y disfrutó de muy buena reputación hasta el siglo XVII. En el diagrama esquemático en que resumió su discurso, John DEE dio una exposición poderosamente gráfica de la jerarquía y la estructura de las artes matemáticas y su dependencia de la Geometría y la Aritmética como fundamentos gemelo