GUILLERMO, EL CURIOSO

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La primera aproximación que tuve con el trabajo de Guillermo del Toro se remonta a mi época imberbe, tenía poco mas de diez años, y como todos los niños de mi edad era bastante pagano, temía a criaturas espantosas que venían a castigarme por ser un muchacho desobediente; sin contar el sinnúmero de historias (propias del folclore de mi país) que escuché sobre fantasmas, monstruos y almas atormentadas que castigaban al mundo de los vivos con su sombría presencia. En ese contexto, su seguro servidor, descubrió (junto con la pubertad) a Hellboy (2004) y pude darme cuenta que no todos los monstruos son malos.

Guillermo del toro

El Gabinete de curiosidades de Guillermo del Toro, es una confirmación de ello, un cheque en blanco de Netflix para dar rienda suelta a la libertad creativa del director mexicano, y este no decepciona. Compaginado una autonomía en el guion, reparto, dirección, edición, producción y posproducción que me hizo recordar a la mítica Alfred Hitchcock Presents (1962).

En una primera temporada dividida en ocho episodios, cuya duración oscila entre los 40 minutos o una hora, Guillermo sirve como luz y guía de ocho relatos extraordinarios conducido por distintos directores, todos ellos ambientados en locaciones y épocas distintas, adaptadas siempre al servicio de la trama, donde no todos los monstruos son tenebrosos y no todas las personas son buenas.

De esta primera temporada, merecen una mención aparte los capítulos: La inspección y La autopsia, ambas deberían estar dentro del ranking de las mejores películas de terror del 2022, pues en ella se evidencia no solo el oscuro ingenio de los directores para plasmar historias tenebrosas, sino también la indeleble firma de Guillermo para presentarnos a sus monstruos, fantasmas y tormentos, empleando para ello relatos que por momentos nos trasladan a las Narraciones Extraordinarias de Poe o a las inefables criaturas de Lovecraft.

Imagene La autopsia de Guillermo del toro

Como reflexión final, me gustaría citar a Guillermo, cuando fue galardonado con el Globo de Oro a mejor director, por The shape of water: “Desde mi niñez he sido fiel a los monstruos, he sido salvado y absuelto por ellos. Creo que los monstruos son santos patronos de nuestra maravillosa imperfección, personifican y permiten la posibilidad de fracasar y vivir. Durante veinticinco años he creado pequeñas historias raras hechas de movimiento, color, luz y sombra, y en muchos sentidos, esas extrañas historias, esas fabulas, me han salvado la vida”. Tal vez, el director tenga razón, tal vez hay que enfrentar la vida con la inocencia de un niño. Un niño como Guillermo, el curioso.

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