GATO POR LIEBRE

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Hay situaciones que me ponen en guardia, que me hacen concebir sospechas sobre lo que está sucediendo, y esas situaciones se producen cuando me parece que un medio se convierte en un fin, que un camino se convierte en una meta. Entonces empiezo a elucubrar y a buscar desesperadamente que me están escamoteando. Porque esas situaciones, y no hay más que mirar al mundo de la política, no se producen porque sí, si no por un afán de toreo al ciudadano.

Y eso es lo que me está sucediendo últimamente con los temas que el gobierno está planteando. Tengo la sensación de que solo le interesan aquellos temas que pueden acaparar titulares, que todo es improvisado, atropellado y desmesurado, pero siempre impactante para la opinión pública.

El traslado de los restos del dictador a una ubicación diferente a la que tiene es respetable, seguramente compartido por la mayoría de los ciudadanos, pero nunca se puede convertir en un fin, en una especie de pulso a la legalidad existente y a todo el que se oponga, en un objetivo a conseguir a costa de lo que sea.

No es moralmente aceptable que un dictador con una cantidad importante de sangre en sus manos ocupe un lugar de honor por encima de sus víctimas, las afines y las enemigas, porque de toda esa sangre hay en su historia. Pero hay otros dictadores con tanta, e incluso con más, sangre en sus manos y sus mausoleos son visitados a diario por cientos de personas sin que nadie se lleve las manos a la cabeza. Que por otra parte eso sí lo han conseguido, que un monumento que languidecía ahora reciba más visitas que nunca.

¿Cuál es el fin de lo que pretende el gobierno? Pues parece que trasladar a Franco de lugar, titular al canto, y luego ya veremos si esto o lo otro o… Ya, ya ¿pero que hemos resuelto? ¿Qué objetivo fundamental para la sociedad se ha conseguido? Ninguno claro. Ni siquiera podremos asegurar que el día de mañana otro gobierno de algún partido que hoy se opone decida hacer el camino contrario.

Lo lógico, lo normal, lo políticamente correcto sería elaborar un plan global en el que esta medida procesionaria ocupara su lugar, un lugar discreto y no polémico, un lugar en el que tal actuación cumpliera su función de medio para conseguir un fin deseable por la mayoría de la ciudadanía. Pero eso no proporcionaría titulares

“… ¿Cuál es el fin de lo que pretende el gobierno? Pues parece que trasladar a Franco de lugar, titular al canto, y luego ya veremos si esto o lo otro o… Ya, ya ¿pero que hemos resuelto… ?”


.Eso no permitiría al gobierno presentar ante las próximas elecciones un curriculum en el que pudieran presumir de enfrentar todos aquellos temas que los demás no se atreven, temas polémicos que muevan pasiones y si es posible de difícil resolución porque así dan más de sí. Dan más de sí y permiten encubrir la incapacidad de tomar medidas que la ciudadanía si necesita.

Porque la propaganda sí que funciona y se hace oír, pero la eficacia brilla por su ausencia.

En educación otros titulares populistas, nueva asignatura y apartamiento de la religión. Defenestración de la educación concertada.  De soluciones reales, plan de estudios pactado y eficaz, ninguno.

En Impuestos: más para los de siempre, todos, y amenaza de subida que no se cumplirá a los recurrentes de siempre, los ricos esos que varían según las necesidades del titular a conseguir. De reparar la brecha entre ricos y pobres real, nadad de nada.

En legalidad adhesión inquebrantable ante las demandas vocingleras y silencio absoluto en los temas de calado. Nada sobre las ocupaciones organizadas, nada sobre la impunidad de los pequeños delincuentes, esos que afectan al día a día de todos, nada sobre la impunidad de los políticos en temas de estado, nada real sobre la violencia doméstica , nada sobre la carestía de la legalidad. O sea nada de nada. De justicia, como de costumbre, ni hablamos

En economía más de lo mismo. Van a acabar con los recortes pero poco a poco, no vaya a ser que alguien se dé cuenta de que no se hace nada.

En sanidad: tampoco se puede acabar precipitadamente con el copago. Sanidad universal pero dentro de un orden porque es competencia autonómica y a ver como se paga. Listas de espera no pero que se gestionen solas porque no hay ni ideas ni iniciativas para solucionarlas.

Y en eso estamos mientras paseamos al dictador. Lo paseamos de un titular a otro, de un periódico a otro. Una procesión, vamos. Un sin vivir.

Mientras tanto los que vivimos la dictadura, los que conocimos al dictador y sus maneras, asistimos asombrados a este reverdecer de su popularidad, a este trajín populista y mediático del que parecen vivir los que no tienen otra cosa que ofrecer.

A mí, personalmente, donde descansen los restos de este señor, me tiene absolutamente sin cuidado. Nunca le he llevado flores ni tengo necesidad de medrar a costa de su memoria, pero sí me preocupa, y mucho, que de tanto en tanto me intenten tener ocupado con tal strajín y lo único que pretendan sea darme gato por liebre en tantas cosas que si me importan. A mí y a todos los ciudadanos, pero, como en el escondite, a mí el primero.

“Mientras tanto los que vivimos la dictadura, los que conocimos al dictador y sus maneras, asistimos asombrados a este reverdecer de su popularidad, a este trajín populista y mediático del que parecen vivir los que no tienen otra cosa que ofrecer.”

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