ESTAMPAS CARTESIANAS

 EL 10 DE NOVIEMBRE EN LA BIOGRAFÍA DE DESCARTES

0
28532

 

 

LOS ORÍGENES DE “LA GEOMETRÍA“  Y  EL DISCURSO DEL MÉTODO

► «Lo que ha inmortalizado el nombre de este gran hombre es la aplicación que ha sabido hacer del Álgebra a la Geometría, una idea de las más vastas y felices que haya tenido el espíritu humano, y que será siempre la llave de los más profundos descubrimientos, no solamente en la Geometría, sino en todas las ciencias físico-matemáticas».

––  D’ALEMBERT. Discours Préliminaire de l’Encyclopédie (Orbis, 1984, págs.84–85).

► «La Geometría analítica, mucho más que cualquiera de sus especulaciones metafísicas, inmortaliza el nombre de Descartes y constituye el máximo paso hecho en el progreso de las ciencias exactas».

––  J. STUART MILL (citado por E.BELL en “Les grands mathématiciens”. Payot, París, 1950. Cap.3. pág. 46)

► «…Quisiera publicar no un “Ars Brevis”, como Lulio, sino una ciencia toda nueva, que permitiera resolver en general todos los problemas que pudieran presentarse. … »

–– Carta de DESCARTES a Beeckman (26/3/1619).

► «Y yo espero que nuestros descendientes me estarán agradecidos no sólo por las cosas que aquí he explicado, sino también por aquellas que he omitido voluntariamente a fin de dejarles el placer de descubrirlas».

— RENÉ DESCARTES. La Geometría [G. AT.VI. 485]

La fecha de “el 10 de noviembre” resultó ser emblemática en la vida de DESCARTES por la multiplicidad de episodios vividos esa jornada de gran trascendencia para su existencia.

El 10 de noviembre de 1618 ocurrió un evento de trascendental importancia en la vida de Descartes, el encuentro con Beeckman, un intelectual amante de la Física y la Matemática.

Vagando por Breda, DESCARTES se tropezó con un gentío que miraba un anuncio en el que un matemático retaba a que se resolviese un problema, cosa muy propia de la época. Como DESCARTES todavía no dominaba el holandés, suplicó a quien estaba al lado que se lo tradujese al latín o al francés. Resultó ser Beeckman, quien hablándole en latín, le explicó en qué consistía el problema:

► « ¿Cuán lejos caerá una piedra en una hora si se sabe cuán lejos cae en dos?»,

y le dio su tarjeta de visita.

Beeckman se quedó atónito cuando al día siguiente el joven francés se presentó en su casa, sin anunciarse, con la solución del problema, lo que inició una fructífera amistad, mantenida sobre todo de forma epistolar, plena de gratitud recíproca, como muestra una carta de DESCARTES a Beeckman, fechada el 24/1/1619:

►«Podéis estar seguro que antes olvidaría a las musas que a vos,…, ellas me han atado a vos con lazos de afecto»;

y otra del 23/4/1619:

►«…vos habéis sido el instigador, el motor primero de mis investigaciones,…, vos me sacudisteis la desidia, apartándome de la erudición inútil, conduciendo mi espíritu, que vagaba en ocupaciones ociosas, a otras mejores,…» (AT,X, 162-163).

DESCARTES no ahorrará palabras de agradecimiento hacia Beeckman por ser el catalizador de la empresa intelectual de ordenamiento de sus reflexiones y concepciones científicas.

Quizá influido por Beeckman, DESCARTES emprende una serie de estudios matemáticos en relación con la trisección del ángulo y su relación con las ecuaciones cúbicas, y es consciente, tras los contactos con la literatura alemana de los rosacruces, de que los aspectos algebraicos, en especial el simbolismo que apuntaba a convertirse en el lenguaje universal que permitiría el conocimiento y el dominio global de la realidad, entroncan con la tradición hermética y cabalística del arte luliano, en íntima relación con la idea del saber universal. El interés por los rosacruces, que presumían de tener la clave de la sabiduría universal, impele a DESCARTES a abandonar Holanda hacia mayo de 1619 camino de Alemania, donde asiste a la coronación de Fernando II y se enrola en las tropas del Duque de Baviera. A la llegada del invierno, DESCARTES se retira a alguno de los refugios militares, quizá en Ulm, donde vivía el matemático Faulhaber. Allí fue tomando cuerpo el ideal de un saber unificado sobre la totalidad global de las ciencias, que al tratar de lo divino y de lo humano, reuniría todos los conocimientos con un simbolismo adecuado, intuyendo que el Álgebra y la Geometría adecuadamente interpretadas e insertas en un simbolismo superior, podían convertirse en el tan proclamado saber universal.

Con estas ideas fijas en la mente, en la noche del domingo 10 de noviembre de 1619, primer aniversario del encuentro con Beeckman, DESCARTES tuvo una concatenación de sueños que le dejaron una profunda impresión marcando un hito en su ulterior evolución espiritual. La profunda experiencia visionaria fue plasmada por DESCARTES en un manuscrito de 1620 en latín, con el nombre de Olympica. DESCARTES relata un itinerario simbólico entre angustia e iluminación hasta que el espíritu de la Verdad le revela la dirección del camino hacia los tesoros de todas las ciencias. En la interpretación mística que hace DESCARTES de sus sueños, a él se le ha revelado la unidad de la ciencia, ha sido ungido de un sagrado entusiasmo para tomar conciencia de una misión:

► ¿Será ésta misión emprender la magna empresa de reforma de la Filosofía y consecuentemente de la Matemática?

El espíritu de la verdad ha conducido a DESCARTES a una exaltación intelectual para alcanzar

►«la visión de una ciencia nueva y admirable»,

que tal vez debía de ser el conocimiento de todas las cosas de las que el espíritu humano es capaz, y que sus fundamentos consistirían en un método general para llegar a ese conocimiento.

La descripción de los sueños de DESCARTES en los Olympica pudo ser un pretexto literario o un artificio poético-filosófico para explicitar que se sentía predestinado a la búsqueda de la sabiduría universal. En todo caso la experiencia onírica de DESCARTES fue una intensa vivencia personal, un auténtico Pentecostés, que marcó su porvenir.

DESCARTES tiene tres sueños que le hacen tomar conciencia de su vocación filosófica. En palabras de su primer biógrafo A.Baillet (La Vie de Monsieur Des-Cartes):

► «le fue revelada la clave mágica que le abría el acceso al tesoro de la naturaleza y que le colocaba en situación de poseer los verdaderos fundamentos de todas la ciencias».

Muchos historiadores especulan acerca de que, en su delirio onírico, DESCARTES adivinó la unión del Álgebra y la Geometría en un solo cuerpo de doctrina: La Geometría Analítica (aunque más bien habría que hablar de Geometría Algebraica) y se sintió predestinado para construir un nuevo sistema filosófico, donde la Matemática ocuparía una situación privilegiada como instrumento de explicación racional de los fenómenos naturales, de modo que la iluminación de DESCARTES le procuraría una explicación global de la naturaleza física, es decir una Filosofía natural (una Física en sentido actual) basada en la Matemática. Así se explicarían los tres ensayos (La Geometría, la Dióptrica y Los Meteoros), que al acompañar a El Discurso del Método, justificarían de forma verdadera y global el método cartesiano.

Los sueños de DESCARTES, de gran significado freudiano, marcaron una impronta inmarcesible en la orientación de su pensamiento. El rapto místico habría de servirle de cimiento de un sólido edificio racionalista, presidido por la «unidad» como emblema para entender el mundo: unidad de la Matemática a través de la fusión del Álgebra y la Geometría, unidad entre Física y Matemática, unidad de todas la ciencias, presidida por la unidad de método y criterio «para bien conducir la razón y buscar la verdad en las ciencias», que así subtitulará precisamente a su principal obra filosófica y científica: El Discurso del Método.

TODA LA BIBLIOTECA DEL AUTOR AQUÍ  – Podrás recibir novedades de Pedro Miguel González Urbaneja directamente en tu email

 

 

 

 

 

 

 

 

62

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí